En el corazón de Catalunya, a tan solo 35 kilómetros de Barcelona, se encuentra el pueblo de Cardedeu, un lugar que ha sabido mantener viva una tradición culinaria que se remonta al siglo XVIII: el Borrego de Cardedeu.
Este dulce típico catalán no solo es una delicia para el paladar, sino también un emblema de la herencia cultural del Vallès Oriental. A lo largo de los siglos, el Borrego ha unido generaciones, manteniendo su sabor inconfundible y su singular costumbre de ser acompañado con un buen vino.
Cardedeu, un pueblo con esencia rural
Cardedeu, con su aire tranquilo y calles empedradas, es un pueblo que conserva la esencia de la Catalunya rural. Sus habitantes han sido los guardianes de una receta que, aunque sencilla, es profundamente representativa de la comarca.
El Borrego de Cardedeu es un bizcocho seco, de forma alargada y textura ligeramente crujiente. Su preparación, aunque basada en ingredientes básicos, requiere una atención especial para lograr la combinación perfecta de sabor y consistencia. Harina, azúcar, mantequilla, levadura, aceite, huevos y matafaluga, o anís, son los componentes esenciales que, mezclados en las proporciones correctas, dan vida a este manjar.
Identidad gastronómica del Vallès Oriental
La historia del Borrego está profundamente arraigada en las tradiciones de Cardedeu. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando se elaboraba en los hogares para celebrar festividades locales y religiosas. A lo largo del tiempo, el Borrego fue ganando popularidad más allá de las fronteras del pueblo, convirtiéndose en un símbolo de la identidad gastronómica del Vallès Oriental. A pesar de los cambios y las modernizaciones que han ocurrido en zona, la receta del Borrego ha permanecido prácticamente inalterada, transmitida de generación en generación como un preciado legado.
Lo que hace que el Borrego de Cardedeu sea aún más especial es la tradición de consumirlo acompañado de vino. Esta costumbre, que se ha mantenido viva a lo largo de los años, añade una dimensión única a la experiencia de degustar este dulce. El vino, especialmente un vino dulce o un moscatel, complementa a la perfección la textura crujiente y el delicado sabor anisado del Borrego. Este maridaje no solo realza los sabores, sino que también convierte la degustación en un ritual que conecta el presente con el pasado.
Hoy en día, el Borrego de Cardedeu sigue siendo una parte integral de la vida del pueblo. Se puede encontrar en panaderías y pastelerías locales, donde se elabora con la misma dedicación que hace siglos. Además, el Borrego ha trascendido las fronteras de Cardedeu, llegando a ser apreciado en toda Catalunya y más allá. Sin embargo, para los habitantes de Cardedeu, este dulce representa mucho más que un simple bocado; es un símbolo de orgullo, tradición y comunidad.