Siete horas a la semana. Esto es lo que dedica Sara Lumbreras (26 años, Barcelona) al ganchillo. Una práctica que se convirtió en su pasatiempo favorito ya con 11 años. Su madre fue quien tejió este interés en ella, enseñándole las técnicas básicas de este arte textil. Desde entonces, cualquier ratito libre es una excusa para coger un hilo y una aguja y empezar a tejer. "Si tengo que hacer un trayecto largo en transporte público, me llevo la labor conmigo, voy tejiendo en el metro", explica a Metrópoli.
Sara es un ejemplo de los muchos jóvenes que se han dejado encandilar por esta técnica de tejido en Barcelona, debido a la "independencia que otorga para crearse objetos y prendas propias". Al igual que ella, se encuentran otros "enamorados" como Aslan (16 años, Barcelona) u Olivier (14 años, Barcelona), cuyo interés les llevó a apuntarse a los talleres de formación de la mercería creativa Punto Pelota, ubicada en Gràcia. 

Aficionados desde los 10 años 

Punto Pelota surgió en 2022 como un espacio para enseñar a aficionados de las técnicas textiles como el croché, las bases necesarias para poder crear todo tipo de complementos. Desde que abrieron, la comunidad de jóvenes interesados en inscribirse en sus talleres formativos no ha dejado de crecer. "Ha aumentado un 20% por año", señala la creadora de la mercería, Julie Frène. "Cada vez empiezan a edades más tempranas, como los 10-12 años", agrega. 
Para la fundadora, el auge de esta afición entre jóvenes en la capital catalana se remonta a 2016, con la proliferación de creadores de contenido que explican en redes sociales como TikTok técnicas para aprender a tejer y crearse accesorios propios. "Adolescentes y jóvenes adultos cogieron ideas e inspiración y se volvió una tendencia. Te da una independencia y permite crear tu propia identidad", argumenta Frène.
Lo corroboran tanto Sara, Olivier como Aslan. "Puedo hacer cualquier cosa que me pueda plantear. Me da mucha libertad y es perfecto para hacer regalos o detalles para mis amigos o conocidos", afirma Olivier, quien se interesó por el ganchillo hace dos años. "Puedo hacerme cosas por mi cuenta que me gustan como peluches, monederos o gorros", asegura Sara. "Es una técnica que no es difícil de aprender y además es súper agradecida porque con muy poco ya puedes hacer lo que quieras", resalta Aslan.

Varias jóvenes en uno de los talleres en la mercería de Punto Pelota en Gràcia Cedida

El salto primordial, durante la pandemia

Josep Lluís Sánchez-Fortún, director de Skilbo, una comunidad digital de personas y empresas creativas que conecta a personas y asociaciones para hacer talleres, coincide con Frène en que el crecimiento de jóvenes en Barcelona que se interesa por esta técnica ha sido paulatino durante los últimos 10 años. Sin embargo, recalca que el 'boom' llegó durante la pandemia.

"En el 2020 se disparó el interés en el croché y plataformas digitales como domestika, que fueron una puerta de escape creativo en un momento complicado, democratizaron el interés y el aprendizaje de jóvenes por su bajo coste y su fácil (y único) acceso en su momento", explica. "A día de hoy, mientras las clases online siguen fuertes, los jóvenes aprecian el poder que tiene tocar el material, poder conectar con otras personas con el mismo hobby y aprender directamente de una persona cualificada in situ", añade. 

Sánchez-Fortún subraya que, sin contar el 2020, "ha habido un aumento de un 5-10% cada año de solicitudes de jóvenes en sus talleres de ganchillo en Barcelona". Y atribuye este crecimiento a la hiperconectividad, un factor que está provocando un efecto rebote. "Muchos jóvenes quieren alejarse activamente de los dispositivos electrónicos para conectar con su lado más creativo y espiritual. No es casual que en Barcelona hayan aparecido muchos centros de diversas disciplinas creativas en los últimos años", expone.

Una joven haciendo ganchillo en las hilompiadas de Barcelona Walter Bustini

'Hilompiadas'

El creciente interés de los jóvenes por el ganchillo en la ciudad no solo se refleja en el aumento de inscripciones a talleres formativos, sino también en su participación en las 'hilompiadas', las primeras olimpiadas de las artes del hilo organizadas en Barcelona. En su primera edición, que se celebró el 4 de mayo de 2024, "prácticamente todas las concursantes eran jóvenes", explica su impulsora, Frène. 
El objetivo del evento fue "reconocer a la comunidad textil en toda su diversidad de habilidades y creatividad de una forma lúdica y algo teatral, pese ser completamente antinatural para una tejedora o una bordadora practicar su arte con prisas y tiempo limitado”. "Tenían solo una hora y media para ejecutar una pieza siguiendo un patrón y agregándole un elemento creativo propio", explica la organizadora. 
Sara fue la concursante ganadora en la categoría de ganchillo. La prueba consistía en hacer un colorwork de un plátano, lo cual significa trabajar con distintos colores para hacer un dibujo con la lana. "A mí me sobró tiempo y acabé haciendo un monedero con una pequeña decoración en el borde", detalla a este digital. 

Jóvenes haciendo ganchillo en la hilompiadas de Barcelona Aleiram García

Barcelona Knits Festival

Otro de los eventos más populares entre los amantes del ganchillo es el Barcelona Knits Festival, el único evento exclusivo en la capital catalana dedicado al ganchillo. "Reunimos a expositores nacionales e internacionales que ofrecen productos y servicios relacionados con el arte de tejer. Productores de lanas, pequeños artesanos, hilanderos, indie dyers, diseñadores de prestigio, creadores de accesorios para tejedores y editoriales especializadas", explica Chiara Bonini, coorganizadora del evento.
En los últimos años, las fundadoras del festival han notado un incremento de jóvenes asistentes. "De 2018 hasta 2024 el número ha crecido un 15%", asegura Bonini, quien además de coordinar este evento, es propietaria de Lalalalu, una tienda de lanas que también ofrece talleres de formación de croché. 

Barcelona Knits Festival en la edición de 2018 Barcelona Knits

Otros movimientos

Más allá de estos eventos especializados, hay muchos otros que engloban artes textiles y croché. El Handmade Festival y el Barcelona Creativa son dos de los que mueven a más personas interesadas en este sector.

A su vez, existen eventos de anime como la japan weekend o el salón del manga, que pese a no ser especializados en artes de tejer, incluyen paradas de artistas que venden sus productos hechos a mano y cada vez se ven más paradas de prendas de ganchillo.

En concreto, estos artistas muchas veces hacen "amigurumis" que es como se conocen a los peluches de ganchillo. Una práctica que se ha puesto de moda en los últimos años y que atrae a miles de jóvenes aficionados como Sara.