Escapar de la ciudad el fin de semana y explorar la naturaleza es una opción para muchos barceloneses. A poca distancia de Barcelona, existen multitud de opciones a aquellos que quieran perderse entre valles, montañas y pueblos encantados. Una de las mejores opciones es un pueblo con un monasterio que parece sacado de un cuento.
Se trata de Sant Miquel del Fai, situado ente los municipios de Bigues i Riells y Sant Feliu de Codines. La localidad se encuentra al borde de un barranco, rodeada de mucha vegetación y cuenta con una cascada, cuyas aguas proceden de los ríos Rossinyol y Tenes, aunque también de las lluvias y el deshielo. También se puede disfrutar de espectaculares cuevas con estalactitas y estalagmitas, y curiosas formaciones rocosas.
Iglesia emblemática
La ruta puede hacerse a pie o en coche para llegar al emplazamiento histórico. La emblemática iglesia, en lo alto de una montaña y suspendida sobre el acantilado, ofrece una de las visiones más espectaculares de la cordillera catalana.
El monasterio fue fundado por Gombau de Besora. En 997, Gombau compró las tierras a Ramón Borell. Se desconoce la fecha exacta de la fundación del monasterio, pero en 1006 ya estaba instalada una comunidad de frailes, siendo su primer abad Guillemund.
En 2017, la Diputación de Barcelona se hizo con el control de este entorno. Desde entonces, el monasterio se ha utilizado para eventos especiales.
Reapertura
Tras permanecer cerrado durante años, Sant Miquel del Fai volvió a abrir en primavera de 2023. El pasado mes de marzo, a raíz de una gran desprendimiento, este espacio natural volvió a cerrar de forma indefinida.
Este fin de semana se ha producido la esperada reapertura, que permitirá a los visitantes recuperar las visitas durante los fines de semana. El horario es de 10.00 a 16.00 horas, y para acceder se deberá contar con una entrada gratuita que se puede adquirir en este enlace.