La Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Sagrat Cor de Barcelona ha destacado la importancia de velar por una estrecha colaboración entre la escuela, la familia y el hospital para prevenir y tratar trastornos mentales en adolescentes. Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre, esta unidad ha advertido del aumento de las autolesiones y pensamientos suicidas entre adolescentes en Cataluña.
Según una encuesta de la Generalitat de Catalunya, el 27% de los adolescentes se ha autolesionado alguna vez, y un 43% de los niños entre 8 y 11 años ha tenido pensamientos suicidas; datos que subrayan la urgencia de una intervención temprana en la crisis de salud mental juvenil. La nueva directora del Instituto de Salud Mental del Hospital Universitario Sagrat Cor, Rocío Rosés, ha resaltado la importancia de una entente entre familias, escuelas y centros de salud para prevenir y tratar estos problemas.
“Estamos viviendo un momento crítico en la salud mental de los adolescentes. Los datos son alarmantes, pero lo más importante es que nos están mostrando una realidad que ya no podemos ignorar. Las autolesiones, los pensamientos suicidas y los trastornos emocionales en nuestros jóvenes son una llamada urgente a la acción". Según esta especialista, en la Unidad de Salud Mental del Sagrat Cor ven a diario cómo estos problemas pueden tratarse y prevenirse con un enfoque adecuado, y por ello es fundamental que toda la sociedad se involucre en esta lucha, desde las familias y los colegios hasta las instituciones sanitarias”, manifestó.
Para ello, los departamentos de Salud y Educación de la Generalitat de Cataluña presentaron una guía para abordar la conducta suicida y las autolesiones no suicidas en centros educativos. Esta herramienta permite a los educadores identificar a tiempo los casos de riesgo y actuar para ofrecer el apoyo necesario.
En esta línea, la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Sagrat Cor ha desarrollado una estrategia de trabajo conjunta entre padres, profesores y profesionales de la salud, con el objetivo de detectar a tiempo señales de alarma como las autolesiones o las ideas suicidas. A través de recomendaciones y pautas, se busca mejorar la detección temprana de estas señales y fomentar un trabajo conjunto que facilite el apoyo emocional y el tratamiento adecuado para los adolescentes.
“Los centros educativos son un lugar idóneo para la prevención, ya que son espacios de escucha y apoyo para los estudiantes, donde la detección temprana puede marcar una diferencia crucial para tratar y no estigmatizar a los jóvenes que sufren este tipo de procesos”, reflexionó Rosés. “Es necesario crear espacios seguros, en casa, con amigos y en el colegio, donde los adolescentes puedan expresarse, sentirse escuchados y recibir la ayuda que necesitan. Sólo así podremos frenar esta tendencia y ofrecerles un futuro lleno de esperanza”, añadió.
Según la Fundación ANAR, solo el 44% de los adolescentes con conductas suicidas ha recibido tratamiento psicológico en los últimos años, lo que destaca la importancia de que se sientan escuchados y apoyados. “Se necesita un esfuerzo colectivo de toda la sociedad para proteger a los adolescentes y garantizar que reciban el apoyo que necesitan para superar sus dificultades emocionales. La adolescencia es un proceso de cambios de por sí y aunado con la constante comparación y el consumo individual de las pantallas, provocan un aislamiento que aleja de la realidad e incrementa la vulnerabilidad”, indicó la directora de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Sagrat Cor.