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Hubo tiempos de carestía, y de mucha imaginación. Los más mayores en Barcelona lo tomaban. Una bebida para superar las calurosas tardes de verano, o para tomar siempre después de una buena comida en un bar tradicional. El suau ya no es conocido. Sólo aquellos hijos, también mayores, o nietos, recuerdan el momento en el que lo probaron.

La bebida sigue gustando, pero el mayor placer es reconocer un sabor que retrotrae al pasado. En Barcelona, en barrios como el Poblenou, Gràcia o Sants, en buena parte de Catalunya, principalmente en Tarragona y también en Aragón, la palabra ‘suau’ provoca una amplia sonrisa.

 ¿Qué es un suau?

¿Pero qué es un suau? El sabor recuerda al de una Coca-Cola, pero mucho menos dulce, y, por tanto, resulta una bebida más sana. Refresca, porque, además, se le puede poner hielo. Se trata de un café, al que se añade, en un vaso grande, o alargado, gaseosa. Pero se debe dejar caer poco a poco, confundiéndose con el negro café. El resultado es una bebida con espuma, que calma la sed, y es placentera. ¿Válida para los nuevos paladares o para los más jóvenes?

Imagen de un suau GALA ESPÍN Barcelona

El suau fue popular cuando no había mucha más oferta. En los años cincuenta y sesenta, e incluso en los setenta del pasado siglo, el suau era una especie de alternativa a la Coca-Cola, cuando el gran refresco internacional no se podía encontrar en todos los bares.

Soldado, suave y zuavo

¿Debemos traducir suau por suave, en castellano? La palabra catalana suau es, efectivamente, suave. Pero la bebida tiene otro origen. En castellano se conocía como soldado. Y en catalán, el suau derivaba de la palabra zuavo. La zeta se pronuncia como una ese, en catalán. Y es que zuavo fue la marca con la que se comercializó, a través de Gaseosas Solé, en Mora d’Ebre, en la provincia de Tarragona.

Un suau, con sus dos componentes, café y gaseosa GALA ESPÍN Barcelona

Los zuavos eran soldados de Argelia que combatieron en el ejército francés, entre 1830 y 1862. El nombre tenía su origen en una palabra bereber, ya que eran militares de origen bereber. Y en la etiqueta de la botella de Gaseosas Solé aparecía el dibujo de unos soldados, con la palabra Zuavo. Por tanto, la bebida se conoció como Soldado, Zuavo, o Suau, que es como se generalizó.

La marca desapareció

En los ochenta la marca desapareció. Aunque los ‘suaus’ se preparaban en casa, o en los propios bares, el hecho es que ya no se pudo adquirir de forma industrial. Y fue desapareciendo, en beneficio de otras bebidas e ingestas. Los más mayores lo recuerdan, porque ven al abuelo preparándolo en casa.

El niño pequeño que lo probó, de mano de su abuelo o de su padre, mantiene la idea de lo que es un suau. Le sigue gustando. ¿Por su sabor? Sí, sabe bien, es como una Coca-Cola sin azúcar, refrescante. Pero lo que valora es aquella imagen, del vaso con el café, el hielo y la gaseosa, con su abuelo o su padre presentes.