Un viaje al pasado. La avenida del Tibidabo de Barcelona ha retrocedido un siglo de historia. Más de 200 vehículos --150 coches y 100 motos de entre 1900 y 1975-- han inundado este sábado, 9 de noviembre, esta vía urbana para conmemorar los 110 años de la Copa Tibidabo, una carrera organizada por el RACC.
Uno de los grandes protagonistas de la exposición ha sido el Hispano Suiza Alfonso XIII, uno de los pocos supervivientes de la edición de la Copa Tibidabo de 1914. Este exclusivo modelo de lujo, fabricado en Barcelona, es todo un referente en la industria automovilística de la época.
Alexander Scheffler, presidente de la Asociación de Vecinos de la Avenida Tibidabo, ha aprovechado la ocasión para reivindicar el valioso patrimonio automovilístico de Catalunya: "Que dejen de vender estos vehículos al extranjero. Que se queden aquí, en nuestra tierra", ha declarado con firmeza.
Joyas del motociclismo mundial
En el apartado de las motos, han destacado dos joyas del motociclismo mundial con sello barcelonés: la emblemática Ossa de Santi Herrero, originaria de la ciudad, y la Honda NSR250, con la que el barcelonés Sito Pons logró su primer título mundial en 250 cc.
Fiesta popular
La jornada ha estado marcada también por el ambiente festivo, con actuaciones de la orquesta La Vella Dixieland y los Castellers de Sarrià, que han dado un toque de tradición y alegría. Una exposición de fotografías históricas ha permitido rememorar los momentos más emblemáticos de la carrera, que ascendía por las sinuosas curvas del Tramvia Blau.
Con esta espectacular muestra, la Avenida Tibidabo se ha convertido en un escenario único donde el pasado y el presente se han fundido para recordar una de las competiciones más emblemáticas de la historia automovilística de Barcelona.