La plaza Mossèn Jacint Verdaguer de Barcelona, uno de los cruces más emblemáticos de la Avenida Diagonal, ha estado cincuenta años custodiada por un gran búho de ojos amarillos.
Tras casi una década de oscuridad, este curioso personaje volverá a encenderse y continuar su vigilia nocturna sobre los peatones que pasen la confluencia de la avenida Diagonal, la calle Mallorca y el paseo de Sant Joan.
El guiño del búho
Según ha avanzado el diario Ara, el Ayuntamiento de Barcelona trabaja con la firma de un nuevo convenio con la familia propietaria del edificio que permitirá reparar el sistema de luces y automatizarlo.
El acuerdo incluye incluso que se vuelva a instalar el mecanismo que permitiría al animal metálico guiñar un ojo.
Una historia de complicaciones
El búho nació a principios de los años 70 y fue instalado por la empresa de fabricación de neones Rótulos Roura. La simpática estructura alada pronto se ganó el cariño de los barceloneses, tanto que se ha convertido en un icono inseparable de la ciudad.
Gracias a que fue reconocido como un “hito urbano” y un “referente histórico de los antiguos reclamos de comunicación publicitaria”, la estructura se salvó de la retirada de anuncios de neón de Barcelona de la década de los 2000, impulsada por el consistorio.
No obstante, la estructura sufrió graves daños por un temporal veraniego en el año 2010. Pese a que fue reformado, su característico guiño no tardó en volverse a estropear y no será hasta que se materialice el nuevo convenio del Ayuntamiento que el búho podrá volver a la vida.
Tranvía de Verdaguer
La iniciativa llega justo después de la esperada llegada del tranvía a Verdaguer. De hecho, la parada se encuentra a unos metros de la plaza del poeta y sacerdote, desde donde se podrá ver al búho iluminado.