La gente va y viene, sube y baja por la Ronda Universitat sin reparar en el número 20, excepto aquellos que están dispuestos a saciar su hambre. Pocos notan que en Can Pizza, más allá de la amplia carta del popular plato de la gastronomía italiana, se encuentra en su fachada un testimonio vivo del esplendor arquitectónico e industrial de finales del siglo XIX y principios del XX: un muestrario de la antigua fábrica de Paviments Escofet.
Jaume Escofet i Milà y Teòtim de Fortuny fundaron en 1886 Escofet, Fortuny i Cia con el propósito de revolucionar los pavimentos urbanos. Sus mosaicos hidráulicos, elaborados con cemento moldeado y prensado, combinaron funcionalidad, durabilidad y belleza artística, hasta convertirse en un elemento característico de la ciudad.
La primera tienda
En 1890, dos años después de ganar una medalla de oro por sus mosaicos en la Exposición Universal de 1988, la empresa abrió su primera tienda en el número 8 de la Ronda de Sant Pere. Pero, en 1895, Fortuny se estableció por su cuenta. Escofet se asoció con José María Tejera Terán y la empresa pasó a llamarse Escofet, Tejera y Cía.
Fue en 1920 cuando la tienda se trasladó a Ronda Universitat número 20. Hasta aquí se trajo, pieza a pieza, la decoración que había diseñado para la tienda original Josep Pascó, director artístico de la compañía y destacado decorador modernista.
Un muestrario en la pared
Esta tienda cerró sus puertas en 2009 (que no la empresa) y, aunque varios negocios han ocupado el local desde entonces, el exterior se ha mantenido intacto gracias a su declaración como elemento de interés paisajístico.
Toda la fachada exterior está revestida por un mosaico hidráulico compuesto por piezas de forma cuadrangular con marco de madera que cubren las jambas laterales y la aguja central, y en las que se combinan tres modelos de baldosas con relieve, fabricadas por Escofet.
En cada plafón destaca una franja con texto en letras doradas, en tres niveles superpuestos y que se leen de izquierda a derecha: MOSAICOS – FUNDADA EN 1886 – PAVIMENTOS – TERRAZOS.
En el dintel, un cajón ocupa todo el ancho y tiene un frontal inclinado compuesto por piezas de cemento, dividido en dos franjas: la inferior contiene una pieza de zócalo con el nombre de la empresa en las letras forjadas con los extremos repujados: «H. de E.F. ESCOFET S.A.»; la superior incluye elementos decorativos con motivos vegetales.
Esencia de Barcelona bajo los pies
No perdáis detalle porque esta fachada es una auténtica oda al modernismo catalán en versión pavimento, una muestra de cómo esta empresa pionera marcó un antes y un después en el paisaje urbano de esta ciudad.
De hecho, si hay algo que conecta directamente a Escofet con la esencia de Barcelona es sin duda su contribución al diseño del icónico panot de flor, diseñado por Puig i Cadafalch el pavimento hidráulico que, desde 1916, embellece las aceras de la ciudad.
Este diseño, junto a otros cinco también de Escofet --las pastillas cuadradas, de círculos, de espirales y de un rombo rodeado de cuatro círculos-- fueron seleccionados por el Ayuntamiento en 1906 para cubrir las calles del Eixample. Y no se detuvo ahí: en 1950, la empresa introdujo el vibrazo, con el que se pavimentó la Rambla de Barcelona, y, en 1997, el panot hexagonal del Paseo de Gràcia diseñado por Gocé...