El balcón de Collserola escondido en Horta

El balcón de Collserola "escondido" en Horta Inma Santos

Vivir en Barcelona

El balcón escondido en Horta que muy pocos conocen: vistas espectaculares del 'pulmón' de Barcelona

Al final de los jardines de Eduard Batiste i Alentorn se esconde un mirador de espaldas al mar que ofrece una panorámica de Collserola, desde Torre Baró hasta más allá del Observatori Fabra

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Con la nominación como ciudad olímpica de 1992, Barcelona dejó definitivamente de vivir de espaldas al mar. La brisa marina y las vistas infinitas se convirtieron en una postal obligada en cualquier mirador que se preciara de la ciudad: la puerta de Barcelona en Collserola, las baterías antiaéreas del Carmel, el desaparecido mirador de la torre Urquinaona, el Tibidabo…

Pero, ¿y si nos olvidamos por un momento de la llamada del Mediterráneo? ¿Y si volvemos a darle la espalda a ese mar infinito que impide a la ciudad seguir creciendo en esa dirección y buscamos la otra frontera natural que la frena hacia el interior? 

Una ventana abierta "de par en par"

Existe en el barrio de Horta un rincón con excepcionales vistas, una atalaya que pasa discretamente desapercibida, al menos para quienes no son del barrio. Es una ventana abierta de par en par, al final de los jardines de Eduard Batiste i Alentorn, que se asoma a Collserola para brindarnos una panorámica total por la que pasear con la mirada desde Torre Baró hasta más allá del mágico Tibidabo y el Observatori Fabra. Aquí, la ciudad muestra su otra cara, la que se abraza a la montaña y se deleita en el horizonte ondulado de su vegetación. 

Este fantástico balcón con vistas al pulmón de la ciudad se encuentra al final de los jardines de Eduard Batiste i Alentorn. Este espacio público, situado entre las calles de Dante Alighieri, de les Lletres, de Beatriu y de Tossa, surgió con la construcción de los túneles de la Rovira en 1992, que supuso la expropiación y derribo de numerosas viviendas en la zona.

Sin embargo, no figuró en el nomenclátor hasta noviembre de 2012, cuando se inauguró como espacio verde en honor al prolífico escultor que finalmente le dio un nombre. 

Vistas panorámicas de Collserola

Vistas panorámicas de Collserola FLICKR

El legado de Batiste Alentor en Barcelona 

Fue una iniciativa a petición de la familia del artista Batiste Alentor (Falset, 1855 – Manresa, 1920) que dejó un importante legado por toda la ciudad. Aquí van algunos ejemplos: la figura de Santa Helena que corona el cimborio de la Catedral de Barcelona, las esculturas de "Venus" y "Nàiades" en la Ciutadella, las esculturas del Museo Martorell del botánico Jaume Salvador y del naturalista Fèlix de Azara, la Fuente de la Zorra y la Cigüeña, la estatua del Capitán Margarit y el bajorrelieve Efigie de Fray Juan Pérez del monumento a Colón...

Pese a su denominación de “jardines”, la vegetación no es el elemento predominante en este espacio. Eso sí, este espacio diáfano dio al barrio una rambleta diáfana y agradable para pasear o sentarse tranquilamente al sol a charlar o a descansar, mientras los más pequeños corretean y se entretienen en las zonas de juego o en las atracciones de feria habitualmente instaladas. Incluso los amantes del deporte disponen de un circuito de salud donde no es raro encontrar a jóvenes cultivando sus músculos. Y al final de todo, tras la barandilla amarilla, el secreto mejor guardado de estos jardines: un balcón abierto a Collserola.