En Barcelona no es muy común ver niebla. Aun así, en primavera es común que los cielos amanezcan cubiertos por varios fenómenos meteorológicos. Este viernes, por ejemplo, la capital catalana ha 'despertado' con una espesa capa y nubes bajas.
La niebla puede tener dos orígenes principales: la niebla que entra de mar hacia tierra, entrando por las playas barcelonesas, y la que se forma en el interior y se desplaza hacia la ciudad serpenteando la Serra de Collserola.
Dos orígenes principales de la niebla
La niebla marítima se genera cuando recibimos una masa de aire cálido que, al desplazarse sobre las aguas, aún muy frías, del Mediterráneo, se va enfriando y condensando, hasta entrar en Barcelona en forma de niebla empujado por el viento de mar hacia tierra.
Niebla entrando de mar hacia tierra
Por otro lado, cuando la niebla procede del interior, recibe el nombre de niebla por radiación. Un fenómeno más bien propio de las noches frías y despejadas de invierno. Suele formarse en los valles y depresiones del prelitoral catalán, como el Vallès o la Conca del Llobregat.
Este tipo de niebla surge en una situación de calma anticiclónica con ausencia de vientos, cuando el suelo pierde calor rápidamente, el aire más cercano a la superficie empieza a enfriarse, hasta el punto que ya no puede absorber más humedad y se condensa.
Niebla entrando a la ciudad a través de Collserola
En ocasiones, los vientos suaves pueden desplazar esta niebla hacia Barcelona. Sin embargo, es una niebla que no suele durar mucho tiempo en la ciudad, ya que las temperaturas suelen ser más altas debido a la cúpula de calor que envuelve a la capital catalana.
Niebla marítima, propia de la primavera
La niebla de advección o niebla marítima, responde a condiciones atmosféricas propias del cambio estacional. Durante la primavera, las temperaturas del aire tienden a subir, pero el agua del Mediterráneo, tras el invierno, permanece más fría.
Niebla en el puerto y sobre el Mar Mediterráneo
Cuando una masa de aire cálido y húmedo se mueve desde el sur o el sureste, algo frecuente con los vientos de componente marítimo, y entra en contacto con estas aguas frías, el contraste térmico provoca la condensación.
Este proceso es especialmente notable en días de calma o con brisas ligeras, cuando no hay suficiente viento para dispersar la humedad y queda estancada, moviéndose lentamente hasta entrar en tierra.
Otros tipos de niebla
Además de la niebla por advección y la niebla por radiación, existen dos tipos más de niebla: la niebla por evaporación y la niebla orográfica o de montaña:
- Niebla por evaporación. Más propia del otoño y el invierno, se genera cuando el aire frío pasa sobre una superficie de agua cálida, como un lago o un río. Debido al contraste, la humedad evaporada se condensa. También puede generarse después de precipitaciones, cuando el suelo húmedo libera vapor que se enfría en contacto con una masa de aire más fría.
- Niebla orográfica o niebla de montaña. Se produce cuando el aire húmedo se encuentra una montaña a su paso, asciende por ella y se enfría al ganar altura. Al enfriarse, se condensa, generando nieblas locales.
Espesa niebla sobre la ciudad de Barcelona
Niebla y nubes bajas: ¿son lo mismo?
A simple vista, la niebla y las nubes bajas pueden parecer idénticas: ambas son masas de gotas suspendidas que reducen la visibilidad y a menudo hacen descender la temperatura.
Sin embargo, hay una diferencia clave. La niebla es una nube que toca el suelo; se forma en la superficie terrestre y afecta directamente a quienes la atraviesan.
Nubes bajas sobre la capital catalana
En cambio, las nubes bajas, como los estratocúmulos, flotan a cierta altura y solo descienden en casos excepcionales, como cuando una masa de aire frío queda atrapada bajo una marcada inversión térmica.