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El periodista barcelonés Óscar Muñoz ha fallecido en la madrugada de este viernes, tras más de una década de lucha contra el cáncer. Tenía 53 años. Estaba casado con Marta y era padre de dos hijas, Clara e Irene.

Muñoz inició su trayectoria profesional en La Vanguardia en 1995 y, desde entonces, su nombre ha estado ligado a la información local de la ciudad de Barcelona.

Cubrió de cerca acontecimientos sociales clave, como el auge de los movimientos antiglobalización o las protestas de inmigrantes encerrados en iglesias a comienzos de los 2000 para reclamar su regularización.

Pasó por distintas áreas

A lo largo de los años, fue especializándose en distintas áreas: política municipal, movilidad, infraestructuras y, más recientemente, urbanismo. También tuvo un breve paso por la sección de Economía.

Su dedicación y compromiso con el oficio se mantuvieron firmes, incluso durante los momentos más duros de su enfermedad.

Cuando las recaídas lo alejaban temporalmente de la redacción, regresaba con las mismas ganas de siempre. “Soy un animal de redacción”, decía con una sonrisa cuando alguien le sugería alargar la baja.

Meticuloso, riguroso y con un profundo respeto por los hechos

Compañeros y editores lo recuerdan como un periodista meticuloso, riguroso y con un profundo respeto por los hechos.

Nunca tuvo prisa por publicar sin haber verificado cada dato. Detestaba el sensacionalismo y los atajos informativos. Era, dicen, de esos redactores que todo jefe de sección quiere tener cerca.

Más allá de su labor periodística, Muñoz también ejerció un papel fundamental como representante de sus compañeros: fue vicepresidente y presidente del comité de empresa durante algunos de los años más difíciles para el sector, en plena crisis financiera.

Su actitud firme, pero dialogante, le hizo ganarse el respeto tanto del equipo de redacción como de la dirección del diario.