Estación de metro
La estación de metro más insegura de Barcelona, según ChatGPT: “Hay poca vigilancia, muchas veces te sientes solo en el andén”
A pesar de su papel clave en la red, desde hace años ha sido objeto de quejas vecinales por incidentes relacionados con peleas, robos y presencia de grupos conflictivos en las inmediaciones
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¿Cuál es la estación de metro más insegura de Barcelona? La inteligencia artificial ChatGPT ha respondido con contundencia: “La Pau es una de las más mencionadas por su sensación de inseguridad, sobre todo en horarios nocturnos”. Una afirmación que ha abierto de nuevo el debate sobre seguridad y percepción en el transporte subterráneo de la ciudad.
La estación de La Pau, ubicada en el distrito de Sant Martí, es un importante punto de conexión entre las líneas 2 y 4 del metro.
A pesar de su papel clave en la red, desde hace años ha sido objeto de quejas vecinales por incidentes relacionados con peleas, robos y presencia de grupos conflictivos en las inmediaciones.
La percepción social
En foros de usuarios y redes sociales, esta estación suele ser citada entre las “menos seguras”, especialmente durante la noche o en momentos de baja afluencia. “Hay poca vigilancia, muchas veces te sientes solo en el andén”, comenta un usuario habitual del metro.
Gráfico elaborado por el Chat GPT
Desde Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), insisten en que se realizan controles periódicos en todas las estaciones y que no hay un incremento estadístico significativo de delitos en La Pau respecto a otras. Aun así, reconocen que el entorno urbano y la percepción social influyen en la experiencia de los pasajeros.
Zona poco transitada y escasa iluminación
El entorno de La Pau, con zonas poco transitadas y escasa iluminación en algunas salidas, ha sido también un factor que contribuye a la sensación de inseguridad. A esto se suman problemáticas sociales detectadas en barrios cercanos como La Verneda o el Besòs.
Metro en circulación
El comentario de ChatGPT, basado en patrones de opinión general, pone sobre la mesa una cuestión clave para el transporte público: la seguridad no solo se mide en cifras, sino también en cómo la perciben quienes lo usan a diario.
