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Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, los embalses de Catalunya han empezado a notar los efectos del calor.

Según los últimos datos de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), el nivel de agua embalsada en el sistema Ter-Llobregat, responsable de abastecer a gran parte del área metropolitana de Barcelona y Girona, ha descendido ligeramente en la última semana.

En concreto, las reservas del sistema han pasado del 82,9 % al 82,1 %, lo que supone una reducción de 5,2 hectómetros cúbicos en apenas siete días (de 507,9 hm³ a 502,7 hm³).

Esta tendencia descendente se observa también en el conjunto de las cuencas internas de Catalunya, que han bajado del 81,1% al 80,1% de su capacidad total.

El pantano de Sau, con el campanar de la Iglesia casi cubierto

El caso del Pantano de Sau

El Pantano de Sau también ha sufrido un retroceso significativo, que ha perdido 4 puntos porcentuales en solo una semana: del 68 % al 64 % de su capacidad.

Este embalse es una pieza clave del sistema Ter-Llobregat, y su nivel suele variar en función de la gestión del agua en todo el conjunto hidráulico.

Calor y aumento del consumo

No obstante, cabe destacar que durante el verano, los embalses pierden miles de metros cúbicos de agua al día por evaporación, especialmente en días calurosos y secos. Un hecho al que se le añade un mayor consumo de agua en hogares, agricultura e industria.

Embalses como el de Sau pueden llegar a perder entre 5 y 10 milímetros de lámina de agua diaria, lo que equivale a decenas de miles de metros cúbicos diarios.

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