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Salarios competitivos, desarrollo profesional y una mejor calidad de vida son algunos de los motivos por los que muchos jóvenes deciden dejar Barcelona para mudarse al extranjero.

Es el caso de una ingeniera aeroespacial de la capital, que encontró en Múnich (Alemania) las oportunidades que, pese a intentarlo una y otra vez, no hallaba en España.

Alemania, una puerta abierta al crecimiento profesional

Tras terminar una "carrera exigente y con mucho esfuerzo", se topó con un mercado laboral español que no valoraba su formación.

“Las ofertas aquí eran ridículas comparadas con lo que me ofrecían en Alemania. Allí triplicaban mi sueldo”, recuerda en conversación con Metrópoli.

Imagen de archivo de la ciudad de Munich en Alemania CEDIDA

Intentar quedarse en España no fue una opción: las empresas no alcanzaban sus expectativas económicas. “No tiene sentido vivir en un sitio donde no te valoran, aunque estés cómodo”, apunta.

Un modelo laboral diferente

Para ella, la diferencia más notable no está solo en el salario, sino en cómo se gestiona el trabajo. “Aquí todo está más organizado y se tiene en cuenta al empleado", cuenta.

"He visto reuniones para hablar de desarrollo profesional que en España no existen”, dice. Según explica, en Alemania es posible cambiar de funciones dentro de la empresa y recibir apoyo para crecer en lo que realmente te interesa, mientras que en España “muchas veces estás atrapado en una posición sin posibilidad de avanzar”.

Además, las horas de trabajo se respetan: “Si haces horas extra, te las pagan o te las compensan como tiempo libre. Eso en España no ocurre casi nunca”, comenta.

Oportunidades y calidad de vida

Vive en Múnich, una ciudad con un entorno laboral internacional y muchas oportunidades, incluso para quienes no dominan el alemán. “Hay proyectos en inglés y un ambiente multicultural. Eso hace que te sientas acompañado aunque estés lejos de casa”, explica.

Imagen de archivo de la ciudad de Munich en Alemania CEDIDA

El costo de vida es más alto en algunos aspectos, como el ocio o los restaurantes, pero los salarios compensan. “Con el triple de sueldo puedo vivir sola y tener independencia económica completa. Antes en Barcelona compartía piso porque no me alcanzaba”, asegura.

Adaptarse a la vida lejos de casa

Mudarse de país no está exento de desafíos. La distancia de la familia y los amigos pesa, pero ella ha aprendido a crear nuevas relaciones.

“La mayoría de mis amigos son españoles, pero también he conocido gente de Grecia, Croacia y muchos compañeros de trabajo. Todos tenemos algo en común: buscamos crecer y mejorar nuestra vida”, comenta.

Imagen de archivo de la ciudad de Munich en Alemania Pixabay

La joven reconoce que mantener vínculos con la familia y amistades en España requiere esfuerzo, pero asegura que es posible “si ambas partes quieren cuidarlas”.

Una decisión que recompensa el esfuerzo

Además, subraya que emigrar no es fácil, pero los beneficios son claros: salarios mejores, un entorno laboral más justo y la oportunidad de crecer personal y profesionalmente. “Cuando te rodeas de gente con tus mismas ambiciones, aprendes y conectas de manera intensa”, reflexiona.

Su consejo para quienes estén pensando en dar el salto es directo: atreverse y no tener miedo. “Vale la pena. Es difícil, pero te permite vivir como mereces y abrirte a experiencias que en España serían complicadas de conseguir”, concluye.