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El sector laboral en Barcelona vive uno de sus momentos más convulsos. Pese a que los jóvenes tienden a tener una sobrecualificación para competir en el mercado por las escasas vacantes que se ofertan, hay otros empleos cotidianos que tienen buenas oportunidades y los sueldos están por encima de la media. 

Uno de ellos son los soldadores cualificados, según una trabajadora del centro de formación ubicado en Cornellà, Iron Welding de Barcelona. "Las empresas buscan soldadores constantemente, y la demanda sigue creciendo", afirma en un vídeo compartido en sus redes sociales. 

Además, también destacan que "un soldador puede ganar de 2.500 euros para arriba", un salario que está muy por encima de la media en España y con una diferencia notoria del salario mínimo interprofesional (SMI). 

Certificado soldador cualificado

El certificado para convertirse en soldador cualificado se debe conseguir mediante un centro formativo que ofrezca este curso de homologación de soldadura, siempre basándose en normas europeas (UNO-EN ISO) o regulaciones norteamericanas (sección ASME IX), según la Generalitat. 

"Si sois soldador/a podéis solicitar en los organismos de control un certificado de soldador cualificado", destaca el organismo público.  

Asimismo, los fabricantes y las empresas instaladoras de equipos a presión también emiten certificados de soldador, previa aprobación por un organismo de control.

Los jóvenes y el empleo

Estas situaciones complicadas empujan a que, sobre todo la juventud, tome algunas decisiones drásticas. Es el caso de Julia, que pasó de fisioterapeuta a basurera. En este caso, esta joven, dejó su carrera profesional para centrarse en un trabajo corriente que la hacía "más feliz". 

Imagen de archivo de dos trabajadoras de la limpieza en Barcelona Ajuntament de Barcelona

"Gano más y vivo mejor", decretaba Julia a Metrópoli en una entrevista. El mercado laboral le ofrecía contratos de semanas, sustituciones intermitentes y sueldos precarios que apenas compensaban los trámites de ser autónoma. La estabilidad parecía un espejismo.

Fue entonces cuando apareció una oportunidad inesperada. Un verano empezó a trabajar de refuerzo en la limpieza, primero en el Masnou y más tarde en Barcelona.

Huir al extranjero

Una ingeniera espacial también decidió vivir fuera de la capital catalana y se mudó a Alemania, donde aseguraba lo siguiente: "cobro el triple y puedo vivir sola", dándole importancia a la emancipación, otro de los desafíos al que se enfrentan miles de personas.

Por último, Alba, también aseguró que su vida en Australia cambió al completo, con "precios parecidos" a los que hay en Barcelona y con sueldos que se "doblan". 

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