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Barcelona vive ya de lleno el ambiente navideño y uno de sus grandes protagonistas es, un año más, la Fira de Santa Llúcia, que abrió sus puertas el pasado 29 de noviembre y permanecerá instalada frente a la Catedral hasta el 23 de diciembre.

Con 239 ediciones a sus espaldas desde su nacimiento en 1786, el mercado navideño más antiguo de Catalunya vuelve a demostrar por qué sigue siendo una cita imprescindible en el calendario festivo de la ciudad, tanto para vecinos como para visitantes.

La Fira de Santa Llúcia en Navidad CEDIDA

A estas alturas de diciembre, recorrer sus paradas se ha convertido en un ritual compartido: luces cálidas, figuras de pesebre, adornos tradicionales y el aroma inconfundible de las castañas envuelven el centro histórico en una atmósfera plenamente navideña.

Más paradas y mayor presencia artesanal

La edición de este año cuenta con 215 puestos, superando los registros de temporadas anteriores. Más de 160 paradas están dedicadas a productos navideños clásicos, con todo lo necesario para montar el belén, decorar el hogar o preparar la Navidad con elementos tradicionales.

Imagen de archivo de la Fira de Santa Llúcia GALA ESPÍN

A esta oferta se suman más de 30 espacios de artesanía y regalo, donde ceramistas, joyeros, diseñadores textiles y artesanos del cuero ofrecen piezas únicas, pensadas para quienes buscan regalos hechos a mano y con identidad propia.

Iluminación reforzada y actividades familiares

Durante este mes, la feria ha estrenado una decoración especial, con más de 15 árboles iluminados, y un programa ampliado de actividades culturales y talleres, que acompañan el recorrido de los visitantes y refuerzan el carácter familiar del mercado.

Fira de Santa Llúcia 2024 GALA ESPÍN Barcelona

La música y las propuestas infantiles han convertido el entorno de la Catedral en un punto de encuentro constante, especialmente en fines de semana y tardes previas a las fiestas.

Tradición viva en pleno centro de la ciudad

Más allá de las compras, la Fira de Santa Llúcia sigue siendo un símbolo del comercio local y la artesanía, un espacio que resiste frente al auge del consumo digital y reivindica una Navidad vivida con calma, paseando y compartiendo.

Hasta la víspera de Nochebuena, la avenida de la Catedral seguirá siendo el corazón navideño de Barcelona, en una edición que apunta a ser una de las más concurridas de los últimos años.

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