Inicia la cuenta atrás para la lotería de Navidad. Barcelona jugará un total de 324.446.800 de euros asignados en billetes el próximo lunes, 22 de diciembre.
Según datos de Loterías del Estado, el gasto medio por habitante en la capital catalana estas Navidades es de 55 euros, unos dos décimos por habitante.
El organismo ha consignado a Cataluña este año décimos por un total de 458,4 millones de euros y, a la espera de contabilizar las devoluciones de las administraciones, en 2025 el gasto de lotería rondará los 450 millones.
Dónde ha caído el gordo de la lotería
A lo largo de los años, el gordo ha caído en Barcelona hasta en 44 ocasiones; seguida de Vic, con cuatro; Sabadell, con tres; y Granollers, L'Hospitalet de Llobregat y Sant Quirze del Vallès, con dos.
Las cifras definitivas de ventas de la lotería no se podrán tener hasta el lunes, ya que todavía este domingo son muchos los que se acercan a una administración a comprar el último décimo.
También falta por saber cuántos se quedarán en el cajón de las administraciones de lotería catalanas.
Cartel de la administración de Loterías y Apuestas del Estado las Arenas
'Almacenar los sueños de los barceloneses'
En medio de la recta final, los loteros viven días de máxima intensidad. Uno de ellos es Víctor, conocido lotero de Barcelona y responsable de una administración situada en el centro comercial Las Arenas, en Plaza España.
“En estos días no duermes tranquilo. Almacenas los sueños de miles de personas”, explica, consciente de la responsabilidad que implica cada décimo vendido.
Una vocación
Su relación con la lotería viene de lejos: comenzó en la infancia, ligado a la administración que regentaba su abuela en Jaén, cuyos décimos se repartían en la farmacia de su madre en Barcelona. Y aquella tradición familiar acabó convirtiéndose en su trabajo.
Décimos de la lotería en la administración de Loterías y Apuestas del Estado las Arenas
Con solo 22 años, Víctor abrió su propia administración en la capital catalana y en 2019 celebró el reparto del cuarto premio.
El joven, consciente de que es un oficio más vocacional que rentable -“por cada décimo de 20 euros nos quedamos 90 céntimos brutos”, asegura-, cada diciembre custodia la ilusión de miles de barceloneses.