Imagen de un concierto del Primavera Sound, en las instalaciones del Fórum

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El Primavera Sound veta a los medios críticos

El festival niega la acreditación a Metrópoli Abierta tras cuestionar a un cantante machista

4 mayo, 2019 00:01

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El Primavera Sound, uno de los festivales de referencia en Barcelona, ha vetado a Metrópoli Abierta para cubrir la edición de 2019 tras un videoblog de este medio en el se que cuestionaba la presencia del trapero Yung Beef por sus canciones ofensivas. El artículo de opinión se titulaba: “La incoherencia machista del Primavera Sound con Yung Beef”.

Fuentes del Primavera Sound han argumentado que negaban la acreditación a este medio “por el aumento de solicitudes recibidas”. “Aunque intentamos tener en cuenta a los medios locales, a veces no nos queda otra opción que priorizar coberturas de medios con más alcance”, añadía la organización, a través de un correo electrónico.

Según ha podido saber este medio de fuentes del sector, el Primavera Sound ha acreditado, por ejemplo, a una revista de moda de Madrid, sin contenido musical alguno, mientras que Metrópoli Abierta cubrió ampliamente las ediciones de los últimos años.

LAS CRÍTICAS

El Primavera Sound nunca ha aceptado las críticas. En mayo de 2012, el festival retiró, provisionalmente, la acreditación a Jordi Bianciotto, periodista de El Periódico de Catalunya, por criticar la ausencia de artistas catalanes en los horarios estrella.

Asistentes al Primavera Sound

Asistentes al Primavera Sound


Uno de los directores y fundadores del festival, Gabi Ruiz, profirió insultos a Bianciotto a través de las redes sociales. Horas después, y tras muchas quejas en las redes sociales, el Primavera Sound devolvió la acreditación al redactor.

RUIZ LLAMA “PARÁSITOS” A LOS PERIODISTAS

En los años 90, Ruiz acusaba a los periodistas de “parásitos” que vivían a costa de sus conciertos. En abril de 1996, expulsó de un concierto de Palace y Smog a Santi Carrillo y Juan Cervera, directores de Rockdelux, revista especializada en música. Xavi Sancho, especialista en música de El País, también sufrió las iras de Ruiz.

Otro periodista, Nando Cruz, fue vetado por el Primavera Sound después de publicar una saga de tres artículos sobre el festival, titulados: Primavera Sound, el cortijo del indie. En un comunicado, la organización acusó a Nando Cruz de violar el Código Deontológico del periodismo en su reportaje sobre el Primavera Sound publicado en El Confidencial.

Los detractores de Ruiz denuncian sus “delirios de grandeza” y su obsesión por ahogar a la competencia. Es conocido en algunos círculos con el sobrenombre de Gabi Soprano.

YUNG BEEF Y SUS LETRAS MACHISTAS

Metrópoli Abierta sufre ahora el veto del Primavera Sound después de dos años de amplia cobertura del festival –en los que el medio fue acreditado sin ningún tipo de impedimento--. El motivo de la actual censura: un vídeo en el que la redactora Paula Baldrich cuestionaba el protagonismo que se concedía a Yung Beef.

“Algunos nombres del Festival Sound chirrían. Me parece una contradicción que un festival que se las da de feminista, con un cartel paritario, y que lucha contra el acoso sexual, cante cosas como ¿quién se ha follado a tu bitch, Yung Beef?”, esgrime Baldrich. “Este año, el Primavera Sound se la ha jugado con un cartel revolucionario”, añade la periodista de Metrópoli Abierta.

Una imagen del polémico cantante Yung Beef / INSTAGRAM

Una imagen del polémico cantante Yung Beef / INSTAGRAM


LOS PERIODISTAS PAGAN

El Primavera Sound, una vez cursadas las acreditaciones, cobra 50 euros a cada periodista que cubre el festival. Este medida la implementó la organización en 2014. “Esta novedad tiene como objeto favorecer las condiciones de trabajo y la experiencia global de los medios acreditados antes, durante y tras el evento”, esgrimió el Primavera Sound a través de una nota. No especificó en qué consistían las mejoras ni se vislumbró cambio alguno en el trabajo diario de los periodistas.

La actual edición se celebrará entre el 30 de mayo y el 1 de junio. Se prevé la asistencia de unas 226.000 personas, la mayoría extranjeros. Los abonos cuestan 215 euros y las entradas de día, 90. En 2017, el festival recibió una subvención de 142.000 euros del Ayuntamiento de Barcelona. Cosas de Colau, pero esa es otra historia.