Cooltra, la compañía de motos compartidas y de alquiler, le está costando asumir que Ada Colau les ha dejado fuera del negocio en Barcelona. La compañía dirigida por Oriol Marimon-Clos y Acciona son los dos grandes perjudicados del concurso público lanzado por el Ayuntamiento para hacerse con las licencias de motosharing. La regulación definitiva del mercado permitirá a 21 empresas operar en la ciudad de forma legal y pondrá punto y final a la situación de alegalidad con la que se habían acostumbrado a trabajar empresas como Cooltra y Acciona.
Las compañías mencionadas eran conscientes de que tarde o temprano llegaría un marco regulatorio de un nuevo servicio que ha revolucionado la movilidad urbana. Mientras, empero, operadores como Cooltra y Acciona aprovecharon la ausencia de una normativa para crecer sin límites, haciendo uso del espacio público para sacar el máximo beneficio posible.
COOLTRA ATACA A COLAU
De hecho, y pese a que Cooltra se vende como empresa 100% local y barcelonesa, lo cierto es que ésta fue fundada por un alemán, Timo Buetefisch, y financiada por fondos especulativos especializados en startups y el sector techie. En los últimos años, la empresa ha llenado la ciudad con sus motos, hasta desplegar unas 2.300 por toda Barcelona. Según Expansión, Cooltra alcanzó en 2019 una facturación de 39 millones de euros. Respecto al empleo, tenía en 2019 908 empleados, lo que supone un incremento del 21% respecto a 2018. No obstante, en su mayoría se trata de empleo subcontratado, temporal y precario.
Como gran empresa, Cooltra no ha dudado un segundo en iniciar una campaña de acoso y derribo contra el Ayuntamiento de Barcelona y, en concreto, contra la concejalía de Movilidad, dirigida por la socialista Rosa Alarcón. La compañía ha recurrido a todos sus canales comunicativos para cargar contra la entrada de más operadores. Su CEO, Oriol Marimon-Clos, así como su fundador, Timo Buetefisch, han lloriqueado a través de sus perfiles de Linkedin tras conocerse la nueva regulación impulsada por el consistorio barcelonés. Se sienten sorprendidos y decepcionados porque una administración pública establezca unas normas de juego y acabe con la alegalidad con la que tan cómodos estaban trabajando y ganando dinero.
RECOGIDA DE FIRMAS
Pese a que la regulación es firme, Cooltra no se da por derrotada y ha iniciado una recogida de firmas para presionar al gobierno de Ada Colau. Además, lo hace a través de un dominio genérico (motosharingbcn.com), tratando de confundir a los ciudadanos entre intereses generales y particulares de la propia empresa.
Mientras, el Ayuntamiento de Barcelona ha comunicado oficialmente la adjudicación de licencias de motosharing a las 21 empresas que se habían presentado al concurso correspondiente. Se trata de 6.958 licencias en total para motos y ciclomotores eléctricos. Ahora las empresas tienen diez días hábiles para presentar la documentación necesaria.
"YA SABÍAN LO QUE ESTABA POR VENIR"
Fuentes de las adjudicatarias señalan a este medio "que todo el sector era consciente que el Ayuntamiento tenía un modelo distinto y propio para legalizar las motos compartidas al que se estaba desarrollando en la práctica. Las empresas sabían que estaban operando de forma ilegal pero al no haber regulación no tenían que asumir obligaciones, hecho que les permitió crecer y ganar dinero a costa de un negocio libre de intervención municipal". "Ahora en Cooltra se hacen los sorprendidos, pero ya sabían lo que estaba por venir", afirma una de las personas que estuvo desde el inicio en el pacto de la movilidad, mesa donde participaron todos los sectores implicados de la nueva regulación.
Además, desde el consistorio están convencidos que "empresas como Cooltra son volátiles y que la presión y las críticas es porque no tiene nada que perder." "Cogen sus motos y se van a otra ciudad que puedan seguir facturando cada día en el olimpo ilegal de este tipo de movilidad urbana.
Resta por ver cómo queda el mercado tras la nueva regulación y la entrada de 21 emprendedores adjudicatarios en el mercado barcelonés. Desde el consistorio y el sector de las adjudicatarias se muestran optimistas y creen que beneficiará directamente a los usuarios. Eso sí, con la discrepancia de Cooltra, que hasta ahora gozaba de una situación oligopolística privilegiada.