Una comunidad de vecinos de Barcelona da instrucciones a los residentes para combatir la inseguridad
La inseguridad se ha cronificado como principal problema de los barceloneses. Así se desprende del último barómtero municipal, en el que se sitúa por delante de otras preocupaciones básicas sobre la ciudad como la limpieza o la movilidad.
Tan solo durante este verano, Barcelona ha registrado 36.073 hechos delictivos. En una ciudad con cerca de 600 infracciones penales diarias, hay vecinos que se ven obligados a tomar sus propias medidas para ser víctimas de los asaltos.
Una comunidad de vecinos situada en una zona turística de la capital catalana tiene un decálogo para garantizar su seguridad. Un comunicado en la propia finca advierte de la "creciente inseguridad" que se vive en sus alrededores, y apunta unas medidas básicas para evitar sobresaltos.
El escrito insta al vecindario a "entrar con su propia llave" y no permitir el acceso a quienes no sean reconocidos como residentes. Cada uno debe acceder con su llave, o a través del telefonillo en caso de visitas.
Los vecinos también están preparados ante una posible encerrona en el ascensor. "Si a la espera del ascensor llega otra persona y no se le reconoce como vecino, cédale el paso al ascensor y suba en el siguiente. Evite subir junto a alguien que no reconozca como vecino", reza el escrito.
Mientras la alcaldesa sigue mirando hacia otro lado cuando se le recuerda la inseguridad en la ciudad, a los vecinos no les queda otra que apostar por su autoprotección para no convertirse en las siguientes víctimas.