La sociedad se ha volcado con los refugiados que huyen de guerras pero no se está cumpliendo con el compromiso europeo de acogida. Asimismo “llegan cientos de personas hondureñas, venezolanas y colombianas a Barcelona destinadas a vivir tres años sin documentación”, explica Javier Bonomi, presidente de Fedelatina, la federación de entidades latinoamericanas de Catalunya. Sin embargo, la sociedad no percibe la misma necesidad de estas personas.
A pesar de la ayuda socorrida y de seguimiento que hacen desde la Federación a las personas llegadas de países latinoamericanos, no ha sido hasta hace muy poco que la entidad ha sido elegida para formar parte del Consell de Ciutat, máximo órgano consultivo de la ciudad de Barcelona, aunque ya hacía tiempo que colaboraban con el consejo.
Un aterrizaje político que significa “un logro”, según Bonomi. Una oportunidad de visibilizar las necesidades y las habilidades de un un colectivo social que pasa desapercibido, pero que poco a poco se ha ido consolidando con grupos de presión recién estrenados como el de las trabajadoras del hogar no reconocidas por el mercado laboral. Desde Fedelatina quieren trabajar en el Consell de Ciutat para facilitar la acogida inicial de las personas recién llegadas, como el empadronamiento sin domicilio. Un trámite, por el que, según Bonomi se enorgullece de residir en Barcelona, ya que Cataluña es una de las comunidades que ya lo permiten. La importancia de este trámite es fundamental para las personas recién llegadas, ya que supone la adquisición de la tarjeta sanitaria. El primer año, cubre urgencias médicas y el segundo, atención universal.
Teniendo en cuenta que la mayoría de personas que están llegando a Barcelona procedentes de Honduras y Venezuela son mujeres solas, sin reagrupación, el Servicio de Atención a inmigrantes, Extranjeros y Refugiados (SAIER), no prioriza su situación de vulnerabilidad. La mayoría no tienen familiares aquí o tienen hijos que intentan reagrupar, lo que les supone un coste que solo consiguen trabajando en la economía sumergida, puesto que llegan sin permiso de residencia y no adquieren el estatus de asilo político.
“Tenemos los mismos recursos de acogida con el doble de gente que atender”, asegura el presidente de Fedelatina. La entidad celebra la declaración de los grupos de trabajadoras domésticas a la que se adhiere el ayuntamiento de Barcelona desde el Consell Municipal d´Immigració. Un sector que lucha por su regularización y que ha premiado hace pocos días a Mujeres Pa´lante por su labor para la regularización del sector.
NO A LAS DROGAS EN PRO DE UN FUTURO PROFESIONAL
Fedelatina también se implica con los jóvenes latinos. Un colectivo que años atrás destacaba en algunos centros educativos por el abandono escolar pero hoy centra sus esfuerzos por conseguir una salida profesional al mismo nivel que el resto de los jóvenes. Para ello, la federación ha impulsado un programa de formación de oposiciones para acceder a algunos cuerpos de seguridad como el de los Mossos d´Esquadra y la Guàrdia Urbana. Javier Bonomi se refiere a la falta de representatividad de la comunidad latina dentro de las administraciones públicas y otras organizaciones públicas, como es el caso de la policia.
Por otro lado, un grupo de nueve jóvenes salen la noche del fin de semana con ‘Rumba a tu son’, una campaña de sensibilización contra el consumo de drogas y alcohol y lo mismo contra la violencia de género. Una desigualdad que, según la Federación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) no es insignificante ya que, el 27,4% de jóvenes de entre 15 y 29 años opina que es normal.
El futuro profesional, la preocupación por las adicciones y la regularización del trabajo infravalorado son los mismos temas que angustian también al resto de los ciudadanos, sin embargo, el colectivo latino sigue estigmatizado alrededor del mismo tema, el fenómeno migratorio.