Lleva dos meses y medio en libertad desde que ingresó a prisión hace diez años y once meses. Su delito, parir un bebé ya fallecido; pero sentenciada a treinta años de cárcel, supuestamente por haberle matado con el agravante de su parentesco. Su caso no pasa desapercibido en El Salvador, pero no es el único. Teodora Vásquez acudió a urgencias siete veces durante su embarazo sin tener respuesta y al noveno mes, dio a luz a su segundo hijo en su lugar de trabajo, desde donde, después de lo sucedido, la detuvieron, realizaron su juicio sin pruebas periciales y entró a la cárcel.

Como ella, otras 27 mujeres cumplen una pena de entre seis y 35 años por aborto. Hasta 1997, el código penal de El Salvador permitía el aborto por violación, malformación del feto y en el caso de que el embarazo produjese un riesgo para la salud de la madre. Desde entonces, las tornas han cambiado y giran dirección contraria. Actualmente, no existe ninguna causa que excuse a la mujer de algún tipo de aborto en este país centroamericano. A su paso por Barcelona, Teodora celebra su indulto, que, pese a no reconocer su inocencia, abre una brecha de esperanza para otras mujeres consideradas asesinas de bebés, incluidas, las que han vivido un aborto involuntario.

El caso de Teodora consiguió reunir hasta 250.000 firmas a favor de su libertad, gracias a una campaña liderada por Amnistía Internacional y a ONU Mujeres pero sobretodo, gracias al empeño de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto y otras entidades civiles que trabajan en pro de los derechos de las personas más vulnerables, por ejemplo, Huacal.

Teodora ya está fuera y la mayoría de la sociedad salvadoreña empatiza con su causa. No siente discriminación pero reconoce que se vuelve muy complicado encontrar un trabajo después de salir de la cárcel por un caso tan señalado como el de ella. “Las que salen, montan su propio negocio, pequeño pero suficiente para sacar adelante a los hijos que aún quieren hablar con ellas”, asegura Teodora en Barcelona.

Ella ha tenido la suerte de trabajar para Tiempos Nuevos Teatros (TNT), una asociación que nació tras los Acuerdos de Paz de 1992, la cual, se mantiene, en parte, a la Agència Catalana de Cooperació i Desenvolupament. Desde TNT, Teodora es el nexo de unión entre las familias y las presas que están condenadas por lo mismo que ha estado ella. Además se ha convertido en una referente para ‘las 17 ‘, el grupo social que aboga por la libertad de las mujeres encarceladas por emergencias obstétricas.

“Guardaron mis papeles siete años. Las pruebas se cierran en un círculo de orgullo y machismo para no contradecir la primera sentencia (redactada por los mismos jueces que llevan el mismo caso con el paso de los años)”, afirma Teodora. La constancia de TNT y la Agrupación Ciudadana por la Despenalización ha empujado a que algunos médicos se posicionen. “La prohibición del aborto en todos los casos también perjudica a los médicos que ven morir a las muejeres con riesgos obstétricos y no pueden hacer nada porque la ley lo prohibe”, cuenta Teodora a Metrópoli Abierta.

Teodora Vásquez cumple dos meses de su liberación / H.F. 



Metrópoli Abierta le pregunta por su hijo, que ahora tiene 14 años y Teodora responde con una sonrisa satisfecha de su reacción. “Pude verle solo tres veces cuando estuve en la cárcel. Siempre ha sido maduro para su edad. No me reprocha nada. Es el primero que me dice: “mamá, adelante, hable, nadie lo va a hacer por usted, mejor que usted”. Estamos viviendo los mejores momentos”, explica Teodora con felicidad. Tuvo suerte porque su hijo siempre estuvo atendido por los padres de Teodora y algunas de sus hermanas. En cambio, esto no siempre es así. “Algunos hijos no quieren saber nada de sus madres después de cumplir su condena porque han pasado 15 años sin verla ni un día”, se han criado sin familia y la sociedad no piensa en ellos.

Teodora se ha convertido en 'la voz de las sin voz', acompañada de TNT y Huacal, ha viajado a Barcelona con el propósito de conseguir el apoyo suficiente para un cambio legal en El Salvador. “La mayoría de la gente quiere un cambio: que las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos”. Fecha límite, el 30 de abril, día en que algunos diputados entregarán su cargo.

PROHIBICIÓN DEL ABORTO EN EL MUNDO

Como en El Salvador, Nicaragua, Honduras, Haití, Surinam, El Vaticano, Andorra, Malta, Arabia Saudí, Irak, Kuwait, Corea (las dos) y Polonia son algunos de los países donde cualquier tipo de interrupción del embarazo queda terminantemente prohibido o es restringido a casos justificados para salvar la vida de la madre.  

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