Brasil 2014, tras el mundial de fútbol y la recesión de 2016 que disminuyó el PIB rebosante de meses anteriores, en 2018, ya se prevé un crecimiento sostenido de la economía. Ello prevé un efecto al alza en el consumo durante el segundo semestre de este año.
Con esta entradilla, el director de Acció en Brasil, Josep Boades, arrancaba una mirada general sobre la economía brasileña en una sesión matutina de Oportunidades para la inversión y el comercio en Brasil que se ha celebrado esta mañana en la capital catalana. “Hasta el 2014, el gobierno gastaba menos de lo que ingresaba y en 2016, ya se gastaba más de lo que ingresaba”, ha explicado Boades. En este escenario recesivo, el director ha remarcado la depreciación de la divisa, clave para entender el flujo real monetario.
España tiene menos peso comercial que de inversiones, es el tercer inversor extranjero en Brasil. en cuanto al mercado comercial, el 25% de las exportaciones españolas pasan por Catalunya y un 30% de las importaciones brasileñas entran a España por Catalunya. De este tráfico comercial, aparatos mecánicos, vehículos, adobos, productos químicos y farmacéuticos están en el top cinco de productos catalanes que se exportan a Brasil y a las semillas, los combustibles, los cereales, el café y tés y los residuos industriales de alimentación corresponden a los cinco productos que más importa Brasil a España con destino Catalunya.
Frente a los vaivenes de la economía local, Boades ha querido acabar su intervención optimista y ha señalado que a la economía brasileña le espera un futuro esperanzador, gracias a la bajada de los tipos de interés. A su vez, ha comentado la necesidad de flexibilizar el sistema fiscal para las empresas que aterrizan en Brasil y espera “que el gobierno elegido en las presidenciales de este año apueste por el desarrollo de la economía del país”.
Un deseo al que se ha sumado la opinión del director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Brasil en Catalunya (CCBC), Francisco Arbós.
Tras exponer una breve panorámica económica de Brasil, Agbar-Grupo Suez y Stefanini han expresado algunas de sus experiencias a la hora de crear una empresa catalana en Brasil y una brasileña en España.
El director de relaciones institucionales de Agbar-Grupo Suez, Ricard Frigola ha remarcado algunos puntos que, desde su experiencia en la gestión de cuencas, drenaje y tratamiento de aguas en Brasil, ha vivido. La incerteza juradica en cuanto a las concesiones territoriales para el saneamiento de las aguas residuales, la percepción social sostenida sobre el agua como un servicio público y la necesidad de trabajar con partners locales y de confianza, son puntos a tener en cuenta a la hora de emprender un servicio o montar una empresa en el país carioca. Pese a estas trabas que “deben tenerse en cuanta desde el minuto uno de la estrategia empresarial”, Frigola confirma que Brasil tiene un potencial económico sensacional pero se tiene que preveer muy bien cada paso”. Incluso, los beneficios “pueden llegar a partir del segundo año o hasta del quinto año”. En cuanto a la seguridad, una inquietud común, Frigola asegura que yendo sin familia es más fácil.
El ejemplo inverso lo ha protagonizado el CEO para la península de Stefanini, José da Penha.
Stefanini es una multinacional que trabaja en el área del soporte técnico y la innovación tecnológica. Una empresa que consigue el mayor volumen de sus beneficios fuera de Brasil. Según da Penha, gracias a “mantener parte de la plantilla fija, lo cual garantiza un seguimiento constante de sus servicios”. En relación a España, da Penha ha indicado que fue el primer país europeo en el que se introdujo, sin embargo, sus operaciones ha crecido más en el norte de Europa.
Traducido el entramado de trámites burocráticos y experiencias reales a la hora de invertir y comercializar con Brasil, el cónsul adjunto de Brasil en Barcelona, Paulo Alves, ha destacado los esfuerzos del estado por garantizar la estabilidad económica empresarial. Entre ellos, el aumento de un 4% de inversión pública para infraestructuras civiles y el proyecto Avançar, que según Alves, está diseñado para mejorar el saneamiento de las aguas y modernizar puertos y caminos.