Cinco chicos brasileños combinan sus trabajos con el baile, concretamente, la capoeira y lo hacen en la plaza Reial de Barcelona.

Abadá baila desde que tiene nueve años. Marcio se mantiene en forma con el baile, Lucas practica ejercicio y baila; Nanal ha bailado en el grupo internacional de capoeira de Topazio; Felipe ha sido profesor de baile en la escuela de San Martín y vive en Barcelona desde hace catorce años.

“Barcelona es encantadora, tiene magia y gente de todas partes del mundo”, explica Marcio. Todos proceden de la conocida ciudad de Salvador de Bahía, excepto Joao, que nació en Fortaleza Mina Gerais (entre Río y São Paulo) y ha llegado a Barcelona hace poco tiempo. Se detectan fácilmente: visten de amarillo sobre tez morena y se mueven como solo ellos saben hacerlo. 

El grupo rota su actuación por la plaza Reial cerca de las diferentes terrazas. Marcio anima a los comensales que reposan en las terrazas de la plaza Reial y seguidamente, presenta el espectáculo acrobático. Comienzan cogiendo carrerilla, brincan volteretas en el aire y caen firmes. Llevan haciéndolo toda la vida y no pierden la sonrisa afable que les hace ganar la empatía de su público: paseantes, turistas y locales que frenan para ver sus pasos al son de una música energética. Percusión, voz y coreografía de Brasil. De ésto se compone la exhibición que ofrecen estos chicos casi todos los días ,"excepto si la policia nos manda fuera de la plaza", dice Abadá subido a una bicileta. 



El show acrobático de capoeira de la plaza Reial 

Unos tres minutos de alegría tropical es lo que ofrecen estos chicos que se ganan unas propinas y según ellos, 'les compensa' , más allá de sus trabajos como miembros de seguridad de algún local, trabajadores en la hostelería o bailarines. Aseguran que, les sale más trabajo para bailar. La gente les ve aquí y luego, les contratan para alguna fiesta, entonces convenienen un precio cerrado. 

Los chicos del conjunto brasileño tienen entre 28 y 37 años y aunque comenzaron a bailar desde niños, Felipe asegura que cualquiera puede hacerlo: "hay niveles y pasos sencillos. Poco a poco, se mejora hasta llegar a hacer las volteretas que la gente espera". Es un baile, que pese a parecer lo contrario, lo pueden practicar personas de todas las edades. 

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