La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Radboud (Holanda) han creado un nuevo índice de Desarrollo Humano que analiza 1.600 regiones del mundo y que permite, por primera vez, observar lo que sucede dentro de los propios países y retrata la gran disparidad entre regiones de un mismo país.
Hasta ahora, el indicador de Desarrollo Humano que publica cada año la ONU comparaba 160 países y ofrecía una radiografía sólo a nivel nacional,
Tras más de un año de trabajo, la nueva versión del Índice de Desarrollo Humano ha sido presentada ante las Naciones Unidas en Nueva York por Iñaki Permanyer (UAB) y Jeroen Smits (Universidad de Radboud).
El Índice de Desarrollo Humano (IDH), que publica cada año el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es el indicador más famoso del mundo para medir el nivel de desarrollo de las sociedades y la evolución de casi todos los países del mundo sobre educación, salud y nivel de vida.
El nuevo indicador, bautizado como Índice de Desarrollo Humano Subnacional (IDHS), muestra la evolución del desarrollo humano para más de 1.600 regiones de 160 países entre 1995 y 2015.
Este indicador está calculado en base a datos de las oficinas nacionales de estadística y del Global Data Lab, que es una de las mayores fuentes de información sociodemográfica para los países en vías de desarrollo.
Según los investigadores de la UAB, "este nuevo indicador se puede entender como un telescopio que amplifica hasta 10 veces la imagen que se obtenía en cuanto a desarrollo humano en el mundo”.
El nuevo indicador identifica patrones de variación geográfica dentro de algunos países: por ejemplo, la división Norte-Sur que se observa en Bélgica, Alemania, Italia o España; las grandes desigualdades territoriales en el interior de China, India, Brasil o Colombia; y otros que son muy homogéneos, como Australia.
Los primeros análisis utilizando el nuevo indicador muestran que la desigualdad entre las regiones es mucho menor en los países ricos, donde los gobiernos disponen de más recursos para desarrollar infraestructuras educativas y sanitarias en todas sus regiones.
El indicador también revela que las regiones donde se encuentran situadas las capitales tienden a exhibir niveles de desarrollo humano más altos que en el resto del país.
"Ahora se puede ver en qué áreas dentro de los países hay más carencias educativas, económicas o sanitarias y poder así dirigir los recursos de forma más efectiva hacia los lugares que más lo necesiten”, ha comentado Iñaki Permanyer,