Vuelve el verano y vuelve Ibiza. No solo celebrities, jóvenes de todo el mundo acuden en masa a su cita anual con la playa, el sol y la fiesta. Un cóctel vacacional perfecto que ha añadido recientemente otro atractivo, el gas de la risa.
Se trata de una droga lúdica mucho más asequible que las convencionales, como la cocaína o el éxtasis (se puede encontrar a 3 euros la dosis). Su efecto es inmediato y dura unos cinco minutos y no suele ser muy difícil encontrar a los vendedores por las zonas de ocio nocturno ibicencas.
Sant Antoni de Portmany, al oeste de la isla, es donde más se vende este gas que aunque se haya popularizado recientemente hace tiempo que se consume. Allí no es difícil encontrar globos desinflados junto con botellines plateados amaneciendo junto a alguna playa.
Aunque los expertos reconocen que el gas de la risa no es una droga especialmente peligrosa, sí que advierten de los riesgos que puede tener su consumo. Por ejemplo, recomiendan no retener mucho tiempo el gas en los pulmones (podría asfixiar al consumidor) o ingerirlo sentado, ya que son habituales los mareos o incluso la dificultad para caminar.
En los últimos treinta años, en Europa han muerto 52 personas por el consumo del óxido nitroso, 17 registradas en el Reino Unido, el país que más consume.