Guayabera Sessions invita a los barceloneses a una noche inolvidable con La reina del bullerengue, Ceferina Banquez y sus cantos Ancestrales de Guamanga directamente desde Colombia. Su actuación, hace un par de semanas, "fue brutal", dice un trabajador Diobar, el local donde cantó,
Ceferina Banquez, nacida 1938 en Guamanga, Carmen de Bolívar (Colombia), descendiente de cantadoras tradicionales de bullerengue, cumbia y bailes cantaos, como lo eran sus tías María del Carmen Teherán y María de Los Reyes Teherán; orgullosa de su negritud, campesina de nacimiento y por convicción, su ocupación principal es trabajar la tierra cultivando yuca y plátano. Mientras labora la tierra que le ha visto crecer, Ceferina se inspira con otras mujeres que se dedican al cultivo de estos alimentos, compone y canta.
MÚSICA ANCESTRAL AFROCOLOMBIANA
Sus temas originales narran las vivencias en el campo y la situación social de Colombia. Su música evoca los cantos ancestrales de resistencia afro. Música sentida para bailar al son de los tambores, instrumentos que históricamente, solo han tocado los hombres de la región.
Su voz recoge toda la tradición afro de cantadoras muy reconocidas mundialmmente cómo Patrona Martinez o Etelvina Maldonado. Ceferina viene por primera vez de gira al continente Europeo y se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera musical.
PROTAGONISTA DEL DOCUMENTAL CANTADORAS DE VIDA Y MUERTE
También ha sido una de las protagonistas del documental Cantadoras de vida y muerte en Colombia, de María Fernanda Carrillo. Ceferina ofrecerá algunas marimbas y lumbalus del Pacífico norte y sur de Colombia. Canciones en las que está implicada la violencia de la región protagonizada por el narcotráfico y las bandas paramilitares, la nostalgia y la resistencia.
A través des letras cantadas, el 2 de agosto, Ceferina transportará a los presentes a los caminos sin alumbrado, a casas sin agua potable y la escasez de su región a la sala Diobar. (frente a la Estació de França) a partir de las 22h. Ceferina y otras cantoras del lugar son parte del patrimonio colombiano aún sin explorar y sin valorar