Los perros radioactivos de Chernóbyl que no los puedes ayudar (ni tocar)

El desastre de Chernobyl quizás sea uno de los desastre naturales causados por el humano más grandes que se recuerdan. A pesar de los años, la zona sigue considerandose una de las más peligrosa por el alto porcentaje de radiación que emite el terreno y todo lo que se encuentra en su interior. Por ese motivo, y a pesar de que se llevan a cabo excursiones con turistas bajo fuertes medidas de seguridad, hay zonas donde no se puede consumir ningún producto que crezca en el perímetro de Chernobyl, como tampoco tocar ningún tipo de animal. 

Es increíble pensar que, a pesar de que es una de las zonas más contaminadas del mundo y con mayor radiación, aun puedan sobrevivir animales en el lugar. Tras más de 30 años de aquel desastre, los animales y la naturaleza siguen padeciendo los efectos de la radiación. Caballos, lobos, ciervos e incluso cachorros campan a sus anchas por allí sin que nadie pueda hacer nada por ellos. 

Los animales fueron abandonados por motivos de seguridad y treinta años después la población de perros, concretamente, se ha disparado. Por ese motivo, la ONG estadounidense Clean Futures está recaudando dinero para enviar veterinarios a Chernóbyl que esterilicen y capen a los perros que viven por allí. El objetivo es reducir el riesgo de animales radioactivos y con enfermedades, ya que se alimentan de comida y agua también contaminada. 

El gobierno aconseja a los turistas que ni toquen ni intenten ayudar a dichos animales, ya que la radiación que desprende puede ser perjudicial para la salud de las personas. 

El youtuber Drew Scanlon tiene un canal llamado Cloth Map en el que está compartiendo una serie de varios documentales cortos sobre el estado de Chernóbil en la actualidad, y concretamente uno de ellos se centra en el estado de los perros de esa zona. La viralización del vídeo de Cloth Map ha permitido que mucha gente conozca este problema medioambiental y haya hecho una pequeña donación a la ONG