Que te gusten las marcas de lujo cabe dentro de la ‘normalidad’, pero si eres sacerdote puede suponer un problema. El cura ortodoxo Vyacheslav Baskákov se ha hecho famoso en Instagram por mostrar imágenes donde se dejaba ver con bolsos y zapatos de Gucci, Louis Vuitton o Yves Saint Laurent combinados con su atuendo de sacerdote ruso.
El arcipreste de Tver ha sucumbido al pecado capital de ‘avaricia’ con zapatos de más 1.000 euros mientras predicaba por la lucha para vivir en un mundo mejor. Una incoherencia y una actitud hipócrita que ha provocado una movilización en las redes sociales en contra de este comportamiento.
Las críticas de los usuarios ha hecho reaccionar a los líderes de la iglesia ortodoxa rusa, quiénes han dado un toque de atención a Baskákov por su “mal gusto y comportamiento inaceptable”. La Iglesia recuerda que la inmensa mayoría de los sacerdotes de la iglesia ortodoxa viven muy modestamente. El portavoz del patriarca ortodoxo ruso, Alexandre Volkov, asegura que el cura deberá comparecer delante de un consejo de disciplina y recibirá un castigo.
El arcipreste Baskákov ha pedido disculpas por estas fotografías mediante una extensa carta en Ahilla y ya ha cerrado su cuenta de Instagram. El sacerdote asegura que son instantáneas viejas; además, explica que la mayoría de zapatillas y maletas están tomadas en la tienda. El cura se justifica explicando que “siendo sacerdote no podría permitirme comprármelas, y no hay necesidad”. Baskákov acaba reconociendo que “las fotografías son estúpidas, infantiles y pecaminosas”. Aunque también defiende que parte de sus accesorios no eran ‘lujosos’, sino customizados.
No es el único escándalo ligado al lujo, ya que el propio patriarca Kirill fue criticado en 2012 por llevar un reloj Breguet valorado en 30.000 euros. La sociedad está intoxicada por el consumismo y estos casos son claros ejemplos.