“Con la llegada del año nuevo celebramos 50 años de revolución, lucha y también de sacrificio”, es como empieza el discurso Madonna. La reina del pop decidió empezar el año en el bar Stonewall Inn de Nueva York para cantar, pero también para hablar sobre los derechos de la comunidad LGBT.
Madonna se convirtió en embajadora de los festejos del cincuenta aniversario del local, el lugar donde tuvieron lugar los disturbios provocados por la policía el 28 de junio de 1968. Cabe recordar que Stonewall Inn es un local donde durante los años 50 y 60 acudía público homosexual, y los disturbios antes mencionados causaron que la comunidad se levantase para luchar contra la persecución a la cual estaban sometidos.
La diva habla sobre el medio siglo de lucha contra la discriminación, el odio e indiferencia que motivaron el surgimiento del movimiento, sin olvidar todos los obstáculos a los que se ha tenido que enfrentar la comunidad LGTB. Sin embargo, la artista explica que esta lucha no ha acabado, ya que “estamos luchando por nosotros, por los demás”, pero sobre todo por amor y paz para este 2019. La cantante asegura que se puede conseguir con actos bondadosos, compartiendo con los seres queridos y reduciendo la distancia que nos separa.
Entre aplausos, la cantante americana pide al público presente que se coja de las manos y canten a little prayer, en referencia a uno de sus hits más conocidos: Like a Prayer. Acompañada por su hijo David Banda en la guitarra, Madonna también interpreta el tema de Elvis Presley Can’t Help Falling In Love.
Con gestos emocionados, Madonna pide el cese de la brutalidad, la opresión, el dolor y el sufrimiento, y remarca que ya “suficiente violencia se ha infligido a la comunidad LGTB”. La reina del pop, siempre vinculada a la comunidad gay, termina agradeciendo su apoyo constante y, a su vez, declara que sin ellos no tendría carrera musical.