El Cara B ha sido un visionario en Barcelona. Hace cinco años, cuando los grandes festivales desterraban de sus carteles a ídolos juveniles, iconos de la música urbana, este encuentro dio al público lo que estaba esperando: moderneo del bueno, trap y perreo en la Fabra i Coats. Lo petó incluyendo en anteriores ediciones a personalidades como C.Tangana y Dellafuente entre tantos otros.

Y este 2019, con una buena trayectoria a sus espaldas, el Festival Cara B ha volado la cabeza de jóvenes (y no tan jóvenes) con los sonidos alternativos más frescos del momento. Y, al final, ha conseguido lo que se proponía: un sold out como una casa y mucho sudor en la sala. Pero el éxito no ha sido un fruto del azar.

UN CARTEL DIVIDIDO EN EL CARA B

Con su cartel más ecléctico, la organización ha apostado este año por la fórmula del “divide y vencerás”. Así, la programación del viernes se dirigía más a los pequeñajos –los amantes de la música emergente más cañera–, mientras que a la segunda ronda (la del sábado) pasaron por el recinto otros festivaleros más mayores, más de pogos y garage: más experimentados.

La Zowi en un momento durante su actuación en el Festival Cara B / Sarai Moreira



El viernes (15 de febrero) el trap tomó las riendas y los asistentes –en su mayoría adolescentes– bailaron al ritmo de Cecilio G, Pedro Ladroga, Rels B, Albany, La Zowi y Pimp Flaco & Kinder Malo. Los jóvenes se dejaron la voz (y las caderas) con esta música no apta para todos los oídos, pero puro espectáculo.

SUDOR A RAUDALES

El sábado llegó el plato fuerte del festival con Cupido y La Plata calentando los motores de la jornada que empezó a las 18 horas. Tras la pincelada de flamenco que puso Soleá Morente & Napoleón Solo, llegó el turno de Carolina Durante. Entonces los pogos se apoderaron del recinto. Era pronto, pero sudor ya se notaba. No faltaron himnos (casi) nacionales como es el caso de Cayetano o (valga la redundancia) El Himno titular.

Uno de los asistentes dándolo todo en el Festival Cara B / Sarai Moreira



Los de Novedades Carminha llegaron con su nuevo álbum Ultraligero bajo el brazo. Y los festivaleros demostraron haber hecho los deberes cantando temazos como Verbena de principio a fin. Tampoco quedaron descontentos los seguidores más antiguos, pues el cuarteto de Galicia nos deleitó con versiones de cumbia tan brutales como lo es Cariñito.

Barcelona era una fiesta. De las buenas.

Y el encargado de bajar el telón en esta quinta edición fue ni más ni menos que Putochinomaricón, un icono multifacético despojado de pretensiones que canta tal como piensa, algo parecido a Los Punsetes. Con la cara pintada con lágrimas de sangre (como si fuera una caracterización de Halloween) y una camiseta rota se presentó ante el público que ovacionó con ganas. Sorprendió a más de uno moviéndose por el escenario como si fuera un gusano y saltando sobre los asistentes sin miedo a estamparse contra el suelo.

Putochinomaricón durante su espectáculo en el Festival Cara B / Sarai Moreira



El punto final lo puso una canción que sirvió de desahogo colectivo. “Gente de mierda a tu alrededor”, que termina con una fuerte declaración: “tú, eres un trozo de mierda”. Y los que todavía seguían con ánimo de fiesta –y sin hambre, puesto que a las 2 de la madrugada en el recinto no quedaba abierto ni un food truck ni un bar ni nada– se fueron con la música a otra parte. Esta vez, a la Sala Apolo donde actuó (de nuevo) Putochinomaricón.

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