Los humanos somos seres sociales, siempre hemos tenido la necesidad de conocer a gente o de sociabilizar, pero desde la llegada de Tinder y otras aplicaciones han habido muchos cambios. Algunos han sido a mejor, otros no tanto. Una de las mayores desventajas es que te dejen de hablar sin darte ninguna explicación. Es decir, el ghosting. El concepto no podría ser más claro, la palabra proviene de ghost, que en inglés significa fantasma. Una imagen literal de que lo han hecho: volverse invisibles.
EL 'GHOSTING' VIENE DE LARGO
Por supuesto, esta actitud no es nueva. Hace unos años también se ligaba y habían algunos que no sabían decir que no y simplemente desaparecían. Antes se ignoraban las llamadas perdidas o no se respondían a los SMS, unas estrategias que casan perfectamente con el ghosting. Solo faltaba la palabra para identificar la actitud.
Quizás haya surgido ahora porque con el tiempo más personas han sufrido en sus propias carnes el ghosting. Las redes sociales nos han acostumbrado a la inmediatez y a ser el centro de atención, por eso sufrimos más cuando un 'ligue' deja de contestarnos de un día para otro.
LAS CAUSAS DEL 'GHOSTING'
En realidad, es normal que el ghosting nos moleste. La falta de explicaciones nos deja desamparados, sin saber qué hemos hecho mal o si tenemos oportunidad de solucionarlo. Luego llega la rabia. Tras unos días, nos damos cuenta de que nos están ignorando porque algunas personas son incapaces de enfrentarse a un problema con madurez. Por desgracia, este hábito dañino que se está normalizando entre los más jóvenes.
Los millenials y generación Z estamos acostumbrados a tener miles de opciones en todo. Esto, por muy triste que sea, se ha trasladado a las relaciones amorosas. Es tan fácil conocer a gente nueva que lo hemos normalizado, y tampoco nos molestamos en construir un lazo afectivo profundo con cada una de las personas que nos encontramos. Al final, no vemos qué es lo que está mal al ignorar a alguien.
CONSECUENCIAS DEL GHOSTING
Quizás esta percepción cambiaría si supiésemos los efectos perjudiciales que puede tener para la otra persona. El portal Psicología y Mente advierte que si esta padece depresión, ansiedad o problemas de autoestima previos, sufrir un ghosting podría incrementar estos síntomas. Además, también puede dañar a quienes lo practican. Si una persona se acostumbra a no enfrentarse a un problema en una relación, podría tomar la misma actitud en otros ámbitos de su vida, como el laboral o el privado. A la larga, tendríamos menos empatía.