Junto a jeringuillas y heces, estos últimos días las caceroladas se han convertido en una estampa típica del Raval. Este jueves 7 de septiembre, sin embargo, los vecinos no golpean ollas y se conforman con plantar sus pancartas frente al Ayuntamiento. El motivo es que detrás de esta manifestación está la histórica Associació de Veïns i Veïnes del Raval y no la plataforma 'Veïnat del Raval', nacida ex profeso para combatir los narcopisos que anidan en el barrio y organizadora de las protestas que se han sucedido desde julio. La manifestación de este jueves, que ha acabado con la lectura de una carta dirigida a la alcaldesa de Barcelona, llega justo dos días antes de la que la segunda entidad lleva semanas planeado para este 9 de septiembre, lo que, inevitablemente, ha levantado polvareda entre ambas entidades.
Por un lado, el presidente de la asociación vecinal, Josep García, argumenta que desde junio planeaban emprender acciones para protestar contra la situación del Raval una vez hubiera pasado el verano. Sin embargo, no preveían la proliferación de la presencia de drogadictos y los problemas de convivencia que se han generado durante el último mes y que finalmente les ha llevado a movilizarse. “Todos quieren tener su minuto de gloria”, expresó García durante la rueda de prensa, donde defendió el pasado histórico de la asociación que preside desde 1974. "Nosotros nunca hemos dividido el Raval", ha apostillado durante la manifestación, tras criticar que la protesta del sábado se haya programado cuando la sede del distrito de Ciutat Vella está cerrada.
"SILENCIO E INACTIVIDAD"
Por el otro lado, desde la plataforma 'Veïnat del Raval', integrada por Acció Raval y los vecinos de las calles que se ven directamente acechadas por los narcopisos -Roig, Picalaquers, Riereta, Guàrdia, Robadors o Lancaster-, reprochan a la AAVV del Raval que “haya mantenido silencio e inactividad” y ahora salga con una manifestación que contraprograma la prevista para el sábado, que anunciaron hace ya dos semanas.
A través de un comunicado recogido por 'El Lokal' y la 'Assemblea del Raval', un miembro de Acció Raval y vecino de la Riereta considera que la manifestación de la AAVV es fruto de una “decisión unilateral tomada sin ningún intento de converger” aunque argumenta que es “totalmente legítima”.
Además, mientras que el presidente de la asociación vecinal arremete contra la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, a quien le reprocha la falta de diálogo y exige su dimisión, desde el comunicado de este vecino se apunta a que la AAVV recibe subvenciones del consistorio e intenta “eclipsar una iniciativa de lucha unitaria a la que no se ha querido unir”.
Pese al cruce de acusaciones entre ambas entidades, los asistentes a la manifestación de este jueves también afirman que acudirán a la del próximo sábado. Sus convocantes, 'Veïnat del Raval', inciden en que esta debe estar marcada por la “libertad de consignas, pancartas y marcas de colectivos vecinales”."No creo que sean excluyentes, cuantos más participemos en ambas, más fuerza tendremos", comentaba una de las vecinas presentes este jueves. Otro de los asistentes explicaba que había venido desde Sagrada Familia para expresar su solidaridad y pedía que el resto de la ciudad hiciera lo mismo.
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