Los vecinos del Raval siguen su lucha contra los narcopisos. Y no enfrentarse, bajo ningún pretexto, a los narcotraficantes es el primer punto de un protocolo de comportamiento que han publicado algunas asociaciones vecinales del barrio en plena batalla contra la proliferación de estos pisos.
Las normas que se establecen en este código están destinadas básicamente a la detección de los narcopisos para su denuncia ante las autoridades. Las dos asociaciones que lo promueven, Acciò Reina Amàlia y Acciò Raval, buscan la implicación de los vecinos en la lucha contra los narcotraficantes, aunque sin que corran ningún tipo de riesgo.
Su intención principal es detectar lo más rápidamente posible la presencia de narcopisos en los edificios del barrio, y para ello es imprescindible la aportación de los vecinos. Quieren que esa rápida detección permita una inmediata intervención de las administraciones y las policías para el desmantelamiento de esos centros de distribución de droga, uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan los vecinos de la zona.
Pero, al mismo tiempo, saben que los vecinos, en muchas ocasiones personas mayores o familias con hijos, no saben cómo afrontar el problema ante el evidente peligro que supone encararse con traficantes de droga o adictos. Por eso, han querido dotarles de una herramienta que les permita hacer frente al problema desde el anonimato. Uno de los puntos aconseja hacer un escrito firmado por la mayoría de los vecinos de un edificio denunciando la presencia de un narcopiso, y entregarlo a los Mossos o a la Guàrdia Urbana, que son en última instancia los que tienen que actuar.
LA ACCIÓN DE LA JUSTICIA
Además, se aconseja ponerse en contacto con el propietario del piso ocupado por los narcotraficantes, si se sabe quién es, para ponerle al corriente de la situación y exigirle que denuncie que en el piso se está traficando con drogas. Solo la denuncia del propietario puede acelerar la acción de la justicia.
En el documento también se hacen constar varios números de teléfono a los que se puede comunicar la existencia del narcopiso, asi como el número al que se debe avisar de inmediato si se localizan jeriguillas usadas en la calle. El año pasado se recogieron en las calles del distrito de Ciutat Vella algo más de 31.000 jeringuillas usadas, de las que 20.000 fueron recogidas en el barrio del Raval. Es decir, una media de 54 jeringuillas usada arrojadas en la calle cada día.