Uno de los castigos más humillantes a los que puede someterse un equipo de gobierno municipal es ser reprobado públicamente por la mayoría de los concejales de un pleno. Pues eso es exactamente lo que acaba de ocurrirle a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a propósito del aumento de la conflictividad y del creciente deterioro de la convivencia en Ciutat Vella: ha sido reprobada de forma apabullante por la oposición en un pleno extraordinario, con los votos del PDeCAT, Ciutadans, ERC, PSC y PP. Solo la CUP ha apoyado la gestión de la alcaldesa y su equipo mientras que el concejal no adscrito, Gerad Ardanuy, se ha abstenido.

La alianza de los principales partidos de la oposición ha vuelto a evidenciar que Colau está más sola que la una al frente del ayuntamiento y que le espera un largo calvario hasta las próximas elecciones municipales. En este último plenario la excusa para castigarla ha sido “constatar el fracaso del liderazgo municipal en el barrio del Raval” que ha tirado por tierra parte del trabajo realizado en el centro histórico barceloneses “por los anteriores alcaldes democráticos, por los vecinos y por las entidades”. Hasta ahora, la oposición había afeado, criticado o reprochado a los comuns su mala gestión pero nunca hasta el pleno extraordinario de este viernes había “reprobado” su acción gobierno.

Sin embargo, pese a tener a la alcaldesa contra las cuerdas de la reprobación -algo más de cara a la galería que otra cosa, porque tiene poca repercusión real en la ciudad- los líderes de la oposición se han mostrado bastante benévolos y no han hecho sangre, aprovechando la situación de inferioridad de Ada Colau. Así, el nivel de las intervenciones de los presidentes de los grupos no ha estado a la altura de las expectativas creadas.

POCA AGRESIVIDAD Y POCOS ARGUMENTOS

Tal vez, la poca agresividad y la pobreza de los argumentarios haya sido una consecuencia de que a la persona a la que interpelaban era a la concejal del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin (Barcelona en Comú), y no a la alcaldesa (que no ha participado en el debate). O tal vez, lo que pasaba es que los concejales tenían ganas de irse a casa, porque el plenario extraordinario ha sido en realidad la prórroga del ordinario, y los ediles llevaban la friolera de siete horas sentados en sus bancadas cuando ha comenzado la sesión. O que solo disponían de cuatro minutos por intervención.

En pocas palabras, aunque el escenario era el idóneo, Colau se ha podido escapar viva, y el correctivo se ha reducido a que unos y otros le pidieran de forma conjunta que adopte “medidas urgentes e integrales para el barrio del Raval y el conjunto de Ciutat Vella”. Todo ello en presencia de un grupo de vecinos del barrio -afectados por la proliferación de los narcopisos, la prostitución, la inseguridad y el narcotráfico- que también se han resignado a que el pleno no haya pasado de ser “un toque de atención” a la alcaldesa, como ellos mismos han explicado.

El exalcalde Xavier Trias (PDeCAT) antes del inicio del plenario municipal / X.A.



El presidente del grupo municipal del PDeCAT, Xavier Trias, ha exigido a Colau “tolerancia cero” con los problemas que padece el Raval (en lugar de su actual “tolerancia”, que suena parecido pero es justo lo contrario) y que “ponga orden”. “Si no se actúa sobre el espacio público, los vecinos se van ¿No lo entiende?. Nadie quiere ir a un piso si debajo se ejerce la prostitución y está rodeado de narcotraficantes”, le ha reprochado Trias. “Tiene la obligación clarísima de evitar que el problema se cronifique”, ha añadido.

UN DETERIORO DIFÍCIL DE FRENAR

Carina Mejías, presidenta del grupo municipal de Cs, ha dado las gracias a los vecinos del Raval por haber “sensibilizado” (y alertado) a los políticos del problema que padecen sus barrios y comunidades y ha incidido en la “desidia y la permisividad” de Colau como detonantes de los problemas. Mejías ha pedido que se destinen más recursos y más Guardia Urbana a las zonas más conflictivas porque “cuando empieza el deterioro es difícil frenarlo”, y ponerle freno es justamente “responsabilidad de la alcaldesa no de los vecinos”.

Idéntico argumento ha utilizado en su intervención, el presidente del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, quien ha añadido a la lista “la falta de soluciones” de la alcaldesa. “Actúen o no quedará nadie en Ciutat Vella”, ha advertido el líder de los republicanos y ha pedido diálogo a la alcaldesa: “Que nadie se levante de su silla hasta que no se resuelva el problema”.

Jordi Coronas (izquierda) y Jaume Bosch, concejales de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona / X.A:



El presidente del grupo municipal del PSC, Jaume Collboni, ha recordado su plan con 34 medidas para Ciutat Vella que presentó públicamente hace unos días y del que ha entregado una copia impresa a la propia Gala Pin, que no le ha dedicado ni una leída rápida. Collboni ha culpado a la alcaldesa de ser “víctima de una idea preconcebida de la convivencia” y de escuchar “solo a una parte” de los vecinos, dialogando “poco, tarde y mal”. “No basta con las medidas paliativas porque es como poner una tirita en un tumor”, ha subrayado el concejal socialista.

UN TIRÓN DE OREJAS PARA REACCIONAR

Alberto Fernández, presidente del grupo municipal del PP, ha definido el pleno como “un tirón de orejas” a la alcaldesa (en realidad no ha sido más que eso) y ha alertado de que el problema del incivismo, la inseguridad , los narcopisos y la ocupación “se está extendiendo a otros barrios como el Gótico o la Barceloneta pero también a Ciutat Meridiana y al barrio del Besòs-Maresme”. “Señora alcaldesa tiene que reaccionar, hay que poner fin a este deterioro insostenible”, ha exigido Fernández a Colau.

La portavoz de la CUP, Maria Rovira, no solo ha votado en contra de la reprobación sino que ha calificado el pleno extraordinario como “una falta de respeto a los ciudadanos”. Y culpado al resto de partidos (a excepción de los comuns) de ser los verdaderos culpables de lo que pasa en Ciutat Vella porque están de parte de los grupos inmobiliarios que asedian a los vecinos y en contra de los okupas: “Son cómplices de este barricidio”.



Concejales de los grupos de Ciutadans y el PP departiendo antes del inicio de la sesión plenaria / X. A.

El concejal no adscrito, Gerad Ardanuy, ha vuelto a ser ninguneado por el equipo de gobierno pues se ha enterado “oficialmente” de la convocatoria del pleno extraordinario por la concejal del PSC, Carmen Andrés,que se lo ha chivado. Eso después de que a primera hora del día (antes de que comenzara el pleno ordinario) tampoco haya sido invitado a la declaración conjunta contra la sentencia de La Manada. Pese al feo, Ardanuy ha hecho una intervención clarividente acusando al resto de grupos de “tacticismo y de planificación electoral”.

DEFENSA NUMÉRICA DE GALA PIN

Ante la poca consistencia de los reproches, Gala Pin se ha podido defender bastante bien. “Aceptamos la reprobación y seguiremos trabajando por los vecinos”, ha dicho, y se ha limitado a esgrimir números para repeler los ataques: 76 millones de euros invertidos en Ciutat Vella, intervención municipal en 790 desahucios, 23 millones de inversión en la adquisición y rehabilitación de vivienda y otros 2,6 millones más en impulsar el desarrollo económico, construcción de 155 pisos sociales euros y una decenea de equipamientos de proximidad, como el Casal de la Gent Gran, por ejemplo.

Como el pleno de reprobación ha acabado con una cierta sensación de vacío, Alberto Fernández se ha puesto deberes a él y al resto de grupos de la oposición y al propio gobierno de Colau: “Mas allá de la reprobación, al próximo plenario (el del mes de mayo) habría que llevar medidas urgentes” para atajar los problemas de Ciutat Vella. A ver si alguien toma nota y cumple. Los vecinos del Raval se lo agradecerán.



 

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