Ni el Museu de Cera de Barcelona se salva de la ocupación por parte de los narcotraficantes. Un piso, propiedad del museo, que se encuentra en la calle Anselm Clavè, en pleno barrio Gòtic y muy cerca de la Rambla, ha sido ocupado por los narcotraficantes para utilizarlo como centro de distribución de drogas.
La localización escogida por los traficantes vuelve a poner de manifiesto su extraordinaria facilidad para detectar pisos vacíos y para desplazarse por los distintos barrios de Ciutat Vella sin apenas problemas. La ocupación del piso tuvo lugar hace unos quince dias y, hasta el momento, el legìtimo propietario del mismo, el Museu de Cera, no ha logrado recuperarlo y continúa en poder de los ocupantes.
Los vecinos de la zona detectaron la presencia de los narcotraficantes hace algunos días. Observaron algunos intentos de ocupar determinados pisos y locales vacíos en lo que los propios vecinos han calificado como “ataques continuados y organizados”, llegando a producirse momentos de “violencia y de intimidación a los vecinos”.
De hecho, los vecinos de la zona denuncian la situación de angustia y ansiedad en la que se encuentran por la presencia de los narcotraficantes que genera momentos de “indefensión y vulnerabilidad”. Según los habitantes de uno de los edificios en los que se ha detectado la presencia de los narcotraficantes, “se han producido por lo menos cinco intentos de ocupación”, alguno de los cuales, como el que ha acabado con la entrada en el piso propiedad del Museu de Cera, no ha podido ser evitados ni por la Guàrdia Urbana ni por los Mossos.
La presencia de los narcotraficantes en la zona no es nueva, aunque ha aumentado en los últimos tiempos por la presión a que están sometidos en las zonas del Raval y en otras partes del barrio Gótic en las que estaban instalados hasta este momento. La denuncia de los vecinos de Anselm Clavé ratifica las sospechas de muchos de ellos de que los narcotraficantes están perfectamente organizados, tienen una enorme capacidad para detectar pisos vacíos y actúan de manera más intimidatoria con los vecinos que se oponen a su presencia.