La plaza de Sant Miquel, en el Gòtic barcelonés, se encuentra detrás de la plaza de Sant Jaume y es la puerta de entrada al edificio Novíssim del Ayuntamiento de Barcelona. Aunque cuenta con terrazas de bares y restaurantes y un parque infantil, la zona suele estar llena de coches, principalmente del propio consistorio.
Ahora, el gobierno de Ada Colau ha decidido reurbanizar el espacio para que sea un nuevo lugar de encuentro y uso de los vecinos "por encima del tráfico y vehículos", dice la regidora de Ciutat Vella, Gala Pin. Con este objetivo, el distrito llevará a cabo una prueba piloto, que se prolongará durante cuatro semanas, para testear los usos de la plaza. A lo largo de este tiempo, también se instalará un punto para recoger propuestas.
SIN MOTOS NI COCHES
En cualquier caso, y al margen de las aportaciones que hagan los residentes, la idea municipal pasa por prohibir el aparcamiento de coches y motos. Las plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida se reubicarán y la zona de carga y descarga se trasladará a la calle de los Gegants.
Durante la prueba piloto, que se iniciará este lunes, se instalarán mesas, hamacas, parasoles, prensa del día y lectura rápida, además de una valla móvil en el cruce de la calle Gegants con la Baixada de Sant Miquel para evitar la entrada de vehículos al centro de la plaza.