La comunidad judía de Barcelona está a punto de ver como el nombre de una calle que recuerda el dìa de un pogromo en el siglo XIV desaparece. Tras varias peticiones, la mayoría de los grupos políticos han aceptado la petición de renombrar la calle Sant Domènec del Call, en honor al fundador de la orden de los dominicos, en el distrito de Ciutat Vella.

La razón hay que buscarla en unos sucesos ocurridos en 1391 en esa misma calle, donde la comunidad judía fue atacada, y muchos de sus miembros asesinados, por una turba de cristianos que, en realidad, estaban molestos con los comerciantes que había subido el precio de los alimentos hasta límites inasumibles.

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Pero como los comerciantes era ricos y podían pagarse una buena defensa armada, los barceloneses de la época optaron por culpar de todos sus males, una tradición que aún pervive en muchas partes, a los judíos. Así que entraron en el barrio judío y durante dos días se produjo una matanza que diezmó de la comunidad.

La calle recibía entonces el nombre de las Carnisseries, ya que allí había dos obradores en los que se despiezaba carne. Con el paso del tiempo, se optó por cambiarle el nombre por el de Sant Domènec, bien en referencia a la fecha de la muerte del santo, el 6 de agosto, bien por el día en el que el nombre del santo está incluido en el santoral.

SALOMÓ BEN ADRET

Para sustituir el nombre de Sant Domènec de Call la comunidad judía propone el de Salomó ben Adret, rabino durante muchos años, entre los siglos XIII y XIV, de una de las sinagogas de la ciudad y muy conocido por participar en numerosas disputas teológicas promovidas por el rey Jaime II, en las que se enfrentaban dialécticamente representantes de las religiones católica y judía.

La influencia de Ben Adret en la vida social de la época fue muy importante. Entre otras cosas fue prestamista del rey Jaime I y discípulo del rabino más importante de la época, Mosé ben Nahmán, conocido como Nhahmánides.

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