La comisión de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este miércoles echar a Gala Pin como regidora de Ciutat Vella. Las propuestas presentadas por PDeCAT y PP han contado con el voto favorable del PDeCAT, Ciutadans, PSC y PP. Sin embargo, la alcaldesa Ada Colau no ha acatado la decisión de la comisión y Pin continuará al frente del distrito. En abril, el Gremi de Restauració ya había pedido la dimisión de Pin por faltar el respeto a algunos de sus responsables. 

Detrás de la iniciativa de los dos partidos figura la creciente inseguridad y el aumento de la criminalidad en los barrios de Ciutat Vella, con el problema de los narcopisos al frente, y la nefasta gestión de los comuns para restablecer la convivencia. Ambas propuestas buscaban sustituir a Pin por un nuevo regidor. El PDeCAT ha propuesto nombrar a una persona que sepa "restablecer la convivencia y la seguridad en el distrito", mientras que los populares han reclamado el cambio de la regidora por "la negligente gestión de los problemas del distrito".

VARIAS ABSTENCIONES

PDeCAT, Ciutadans, PSC y PP han votado favorablemente, mientras que ERC se ha abstenido en el caso de la iniciativa de PDeCAT y ha votado en contra de la medida del PP. Por su parte, la CUP se ha abstenido en ambos casos y los concejales no adscritos Juanjo Puigcorbé y Gerard Ardanuy han votado en contra (el primero) y se han abstenido, respectivamente.

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha defendido a Pin sin demasiada credibilidad. "No hay nadie mejor que ella para asumir esta cuestión", ha subrayado el regidor, que probablemente no formará parte de la listas que Colau presentará en las próximas elecciones municipales, "porque se ha dedicado al distrito antes de ser regidora".

En su comparecencia, Pin ha argumentado que el gobierno de Colau está haciendo un esfuerzo en materia de seguridad y ha recordado que la Conselleria de Interior ha descartado ampliar la dotación de mossos en Barcelona. En términos parecidos se ha expresado el comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, aunque ha asegurado que el problema de seguridad que vive Barcelona se está dando en otras ciudades catalanas. Según Recasens, la Guàrdia Urbana hace todo lo que puede para paliar la situación y ha pedido más colaboración de la Generalitat.

CARTA MUNICIPAL

El concejal del PDeCAT Jordi Martí ha afirmado que el verano ha sido dramático  y ha avisado de que no es suficiente que el Gobierno municipal diga que hacen falta más mossos, petición que ve como una "cortina de humo". Desde la filas de Ciutadans, Santiago Alonso ha expresado sus dudas de que la seguridad sea una prioridad para Colau y ha exigido que se tome este tema con seriedad para evitar cargarse Barcelona. Y el republicano Jordi Coronas ha recordado a los comuns que Barcelona dispone de la Carta Municipal -una especie de Constitución local-, que le otorga "muchas posibilidades, margen de maniobra y acciones que se pueden llevar a cabo" en el ámbito de seguridad.

La socialista Carmen Andrés ha criticado que el Gobierno municipal no ha defendido el derecho a la seguridad, ni desde sus competencias ni exigiendo a las otras administraciones, y ha dicho que no pueden justificarse diciendo que faltan agentes, y más cuando "han evitado equiparar la seguridad con la policía y ahora dicen que falta policía". Y el popular Alberto Fernández ve necesario cambiar las políticas del ejecutivo de Colau, que ha bajado la guardia en seguridad, mientras que los vecinos han bajado los brazos --en señal de rendición--. Para Fernández, "en la ciudad no sólo el incivismo y el delito es capital, sino que Barcelona está siendo ya una capital del delito".

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