Hasta el mismo patio trasero del Ayuntamiento. O, mejor dicho, de la sede del distrito de Ciutat Vella, en la plaza Vicenç Martorell, justo al lado donde Gala Pin, regidora del distrito, y su equipo de gobierno, tiene su centro de trabajo. Esta plaza se ha convertido en uno de los lugares habituales en los que las personas sintecho acuden a refugiarse cuando llega la noche sin que por el momento nadie desde el gobierno del distrito haya hecho nada por solucionar el tema.
Sin embargo, la situación resulta muy incómoda para los comerciantes y vecinos de la zona, que no llegan a entender como la proximidad de la sede del distrito no ha contribuido a acabar con el fenómeno. Ni eso ni las múltiples quejas que han presentado en la sede del distrito ni la decenas de llamadas que han hecho a la Guàrdia Urbana cada vez que alguno de los sintecho se comporta de manera incívica e incluso violenta.
DÍA TRAS DÍA
La situación se repite a diario, con la puntualidad de un reloj. Cuando se aproxima la noche, los sintecho colocan sus pertenencias en el suelo e intentan acomodarse lo mejor posible. No importa si los comercios de la zona permanecen abiertos, ni si se colocan en lugares en los que impiden el paso de los vecinos.
Todo esto ha generado una situación que en algunos momentos ha llegado a ser seriamente conflictiva y comerciantes y vecinos exigen que el distrito tome cartas en el asunto. Pero, por ahora, las reclamaciones que han presentado en el Consell del Distrito y en las audiencias públicas para dejar patente su enorme malestar con la situación no han sido atendidas. “Nos dicen que se encargarán del asunto, que tomarán medidas, pero la verdad es que no han hecho nada, aún estamos esperando que se decidan a solucionarlo”, afirma una de las personas afectadas.
DEMASIADO TIEMPO
Los sintecho llevan instalándose en la zona desde hace más de dos años. Su presencia diaria causa serias molestias a las tiendas y a los bares y llegan a ahuyentar a los clientes, sobre todo a familias extranjeras que se sorprenden de las presencia de personas durmiendo al lado de las terrazas de los bares y que no quieren tomarse algo en una terraza con personas durmiendo a su lado.
Comerciantes y vecinos consideran que ha habido tiempo suficiente para que el asunto se solucione. “Estamos al lado de la sede del distrito, que conoce perfectamente la situación. Es más, algunos políticos vienen a tomarse algo a los bares y ven lo que ocurre apenas a unos metros de donde están, pero actúan como si la cosa no fuera con ellos”, dice una persona afectada. “Hace tiempo que estamos así, en el distrito conocen la situación y aunque en varias ocasiones nos han dicho que lo van a solucionar, no ha hecho nada”, se queja.
ACTITUDES IMPREVISIBLES
Los comerciantes y vecinos lamentan que la permisividad del distrito les coloque en situaciones complicadas de gestionar. “Algunos de los que vienen tienen actitudes imprevisibles y si les dices algo te arriesgas a que reaccionen de mala manera. Recuerdo que una vez uno amenazó a personas que estaban en una terraza con una jeringuilla ensangrentada”.
Y aunque las actitudes violentas no son las más comunes, sobre todo porque los comerciantes y vecinos intentan evitarlas, las situaciones de incivismo son mucho más habituales de lo que cabría esperar.
Según denuncian vecinos y comerciantes, “es habitual que orinen en los porches e incluso en alguna ocasión hemos encontrado excrementos. Pero lo más normal es que por la mañana encontremos los cartones sobre los que han dormido y restos de basura que dejan por aquí. Entonces se avisa a los responsables de limpieza, pero como suelen tardar en venir, son los propios comerciantes los que recogen la basura. Y el mal olor que todo eso produce es inaguantable”.