La llegada del buen tiempo implica un aumento considerable de turistas en las calles de la Barcelona, sobre todo en las zonas más atractivas para los visitantes. Uno de esos barrios es la Barceloneta, donde la concentración de extranjeros multiplica la presencia de personas en las calles.

Sin embargo, los vecinos están muy preocupados por el aumento del número de los conocidos como menas en el entramado de travesías que conforman el barrio. Sobre todo de aquellos que han hecho de la pequeña delincuencia su modus vivendi y que actúan cada vez con mayor descaro. Se les puede ver desde las zonas de entrada al barrio hasta la más cercana al hotel Vela.

Una presencia que va creciendo paralelamente a la llegada masiva de los turistas y que conlleva, denuncian los vecinos, un aumento de la conflictividad en las estrechas calles del barrio marinero.

VIOLENCIA Y GAS PIMIENTA

Los vecinos son conscientes de que no todos los menas son delincuentes, pero reconocen que hay algunos de ellos que les producen respeto y temor.

La principal preocupación es que algunos de ellos no tienen ningún tipo de reparo en actuar con violencia si su presunta víctima se les enfrenta cuando intentan robarle. Amenazas, tirones y empujones son habituales y tampoco es extraño que salga a relucir algún arma blanca.

Además, actúan en grupo, con un sistema organizado que les permite escabullirse por las calles del barrio en pocos minutos, lo que complica la intervención tanto de los vecinos como de la policía.

Tampoco es raro que los delincuentes usen sprays de gas pimienta para dejar indefensas a sus víctimas y poder actuar con menos riesgo de que estas puedan defenderse.

MENAS Y NO TAN MENAS

La situación, reconocen los vecinos, se está convirtiendo en un verdadero problema para los habitantes de la Barceloneta. Muchos de ellos, sobre todo las personas mayores, prefieren no salir a la calle cuando cae la tarde.

Algunas imágenes que han circulado por las redes sociales no han contribuido, precisamente, a tranquilizar los ánimos. En algunas de ellas se puede comprobar cómo los presuntos delincuentes que se instalan por la zona se comportan de manera agresiva y violenta. Eso provoca que muchos vecinos, hartos de vivir una situación descontrolada intenten defenderse de las agresiones físicas o verbales que sufren.

De todas formas, los propios vecinos reconocen que la delincuencia la practican algunos menas pero también ciertas bandas organizadas. Según ellos, la más activa es una dirigida por un grupo de italianos que se desplazan a la ciudad durante los meses de verano y que actúan preferentemente en los barrios turísticos.

MÁS POLICÍA

Los vecinos consideran que la única forma de atajar el problema es aumentar la presencia policial en las calles. Defienden que eso sería una forma de prevención de los delitos y que contribuiría, sobre todo, a tranquilizar a los habitantes del barrio. Una mayor presencia policial que desde las asociaciones vecinales del barrio se ha pedido con insistencia desde hace meses, petición que no ha sido escuchada por los responsables municipales.

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