Una victoria histórica. Así definen los vecinos del Raval el acuerdo logrado con el fondo de inversión Blackstone a finales de esta semana. El pacto pone fin a un conflicto que ha sublevado al barrio entero durante dos semanas. El origen de la disputa se debe a la okupación del edificio situado en el número 99 del carrer Hospital. El desahucio de todo el bloque, programado entre el 1 y el 15 de julio, ha sido suspendido. Finalmente la guerra no se librará en este combativo rincón del Raval.
Un armisticio de última hora ha evitado que la sangre llegue al río. Así lo avanzan fuentes del Sindicat d'Habitatge del Raval a este medio. Los detalles del acuerdo lo dará a conocer el sindicato mañana lunes en rueda de prensa.
DERROTA DE BLACKSTONE
Para los vecinos, se trata de un "gran acuerdo" donde Blackstone "es el gran perdedor". Las caras de satisfacción y felicidad hablaban por sí solas este fin de semana en el Raval. La noticia ha coincidido con la celebración de las fiestas mayores del barrio, que vive unos días de auténtico bullicio en sus calles.
El pasaje de Sant Bernardí, donde se encuentra la puerta de acceso al edificio okupado, ha sido un constante trajín de gente durante estos últimos 15 días. Todo estaba preparado para hacer frente a un desalojo que se auguraba conflictivo. A principios de julio el portavoz del Sindicat de Llogaters, Jaime Palomera, vaticinó "escenas como las vividas el 1 de octubre y el desalojo de los acampados del 15-M" si se ejecutaba el desahucio.
ALQUILER SOCIAL PARA LAS FAMILIAS
Consciente de la compleja situación, Blackstone se vio obligado a negociar una vía alternativa a la expulsión de las familias que vivían desde el 2016 de forma ilegal en el inmueble. Finalmente ha dado su brazo a torcer.
El fondo de inversión ha aceptado que las diez familias que viven en el edificio se queden en sus viviendas bajo régimen de alquiler social. Únicamente comercializarán dos de los nueve pisos del número 99 de la calle Hospital. Así lo explicó a los vecinos Lucía Martín, concejal de vivienda del Ayuntamiento, el viernes por la tarde, durante las fiestas mayores.
RECHAZO A LA COMPRA DEL EDIFICIO
Los inquilinos del edificio se mostraron satisfechos por el acuerdo logrado. Por contra, los activistas en defensa del derecho a la vivienda lamentan que el consistorio no haya comprado el edificio entero, tal y como solicitaba el Sindicat d'Habitatge del Raval. Supuestamente, el fondo de inversión ofreció al Ayuntamiento de Barcelona la compra del edificio a precio de coste, una opción rechazada por el Ejecutivo local.
Aun así, desde el Sindicat d'Habitatge del Raval consideran que Blackstone ha cedido y ha salido derrotado por la "presión vecinal". "Lo que se ha conseguido no es lo que se quería inicialmente, pero es una victoria. Es la primera vez que Blackstone va a hacer un alquiler social en todo el Estado", señalan fuentes del sindicato a este medio.
PRESIÓN VECINAL
Como causa del éxito, desde los movimientos sociales se apunta al escrache que se hizo en casa de Eduard Mendiluce, consejero delegado de Aliseda y Anticipa, las gestoras de activos de Blackstone en España y hombre fuerte del fondo en el país. "El escrache lo acojonó", indica un activista del Raval. Esta medida de presión, junto a la gran campaña de movilización impulsada por el tejido asociativo del barrio, ha hecho sucumbir al gigante del sector inmobiliario.
"Lo que ha pasado estos días es un ejemplo de lucha y solidaridad, las pocas armas que tenemos para acabar con la especulación y las ganancias del capital", sentencia uno de estos activistas, que prefiere mantener el anonimato.
Mañana lunes se conocerán los detalles sobre la negociación y el acuerdo alcanzado entre el Sindicat d'Habitatge del Raval, Blackstone y el Ayuntamiento. Como previa, el cada vez más poderoso sindicato ha celebrado su victoria en Twitter: "¡Hemos doblegado a Blackstone! Honor y gloria a la Barcelona valiente que ha demostrado que los poderosos pueden caer. ¡Fuerza Sindicato!", anticiparon ayer sábado en la red social.