Los turistas son habitualmente el blanco perfecto de los ladrones callejeros que actúan por las calles de Barcelona, sobre todo aquellas más turísticas. Con las calles desiertas, los rateros han cambiado a los visitantes por los vecinos y trabajadores barceloneses. En las últimas semanas, la Barceloneta ha registrado varios atracos en pocos días. Los vecinos han pedido hasta en tres ocasiones al Ayuntamiento más presencia policial.

La Asociación de Vecinos la Barceloneta denuncia que los atracos han vuelto al barrio, a pesar de la reclusión, y de la poca gente que se mueve en la calle. Al menos tres atracos se han producido en el entorno de la estación de metro, en el paseo Joan de Borbó.

ROBOS DE NOCHE

La mayoría de robos se producen entre las 22.00 y las 00.00. Una de estas víctimas era un profesional del sector de la sanidad que estos días trabaja en un centro sanitario y que fue asaltado mientras regresaba a su casa. 

Dos días después de denunciar los atracos, los vecinos notaron más presencia policial. Al poco tiempo, la actividad policial volvió a bajar, se quejan desde la entidad vecinal. Según cuentan los vecinos, desde el distrito de Ciutat Vella, el Ayuntamiento argumentó a la asociación que ha aplicado un plan de restricción de agentes, por lo que no puede disponer de más personal.

Por su parte, fuentes de la Guardia Urbana revelan que la delincuencia en la Barceloneta ha bajado, como en el resto de barrios de Barcelona durante estas últimas semanas.

ASALTO POR UN MÓVIL

Una de las víctimas, una mujer, fue asaltada por un ladrón cuando iba a comprar. Le arrancaron el dispositivo de las manos, pero la policía lo localizó y lo arrestaron por un delito de robo con violencia. 

Imagen de archivo de un robo en la Barceloneta



Hace unos días, el regidor de Ciutat VellaJordi Rabassa, mantenía una reunión virtual con algunos vecinos que le trasladaron su preocupación por la presencia de algunos grupos de okupas que se dedican a robar por la zona. 

POCOS AGENTES

El mismo vicepresidente de la entidad vecinal, Manel Martínez, informó de algunas fiestas clandestinas en las últimas semanas. El concejal de los comunes se comprometió a actuar con rapidez sobre estos pisos.

"La Urbana está respondiendo", comenta Martínez, aunque señala a la reducción de efectivos por la crisis sanitaria y las bajas, como un factor que envalentona a los delincuentes del barrio. "Hay muy pocos recursos y los chorizos lo saben", lamenta. Las salidas de la estación de metro Pla de Palau y Joan de Borbó, junto con el mercado, son algunos de los puntos que preocupan más al vecindario. Desde el consistorio, Rabassa prometió más controles de vigilancia en estos lugares.

INDIGENTES 'VIOLENTOS'

Otro cambio que notan en las calles los vecinos se percibe entre las personas sin hogar que duermen en la calle. En el último mes y medio se ha producido un gran movimiento entre este colectivo.

La inmensa mayoría de indigentes se ha refugiado en espacios creados por el Ayuntamiento como el campamento de la Fira de Barcelona. Una minoría, sin embargo, evita estos lugares y prefiere seguir durmiendo en la calle. Tienen miedo a contagiarse, se niegan a pasar 20 días confinados en su interior y sostienen que las peleas son frecuentes.  En la Barceloneta, el flujo de indigentes provoca que empiecen a llegar algunos indigentes con "actitud violenta", según explica la asociación de vecinos. 

Otro indicador de la situación excepcional del estado de alarma y que repercute en la delincuencia es la visibilidad del trapicheo. Alentados por una presencia policial más reducida, los camellos se esconden menos y "campan" por el barrio. 

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