Las ocupaciones en Barcelona continúan a la orden del día. Tan siquiera el estado de alarma derivado de la pandemia de coronavirus ha conseguido reducir significativamente lo que ya se ha convertido en una constante para la capital catalana.
Uno de los distritos con mayor incidencia en este aspecto es Ciutat Vella, donde numerosas voces vecinales y políticas piden de manera constante un incremento de la seguridad para evitar este y otros actos delictivos, como hurtos y robos, que suceden diariamente.
Un empresario barcelonés ha sido una de las últimas víctimas de estas ocupaciones, viéndose obligado a pagar a los individuos que accedieron a un piso de su propiedad para poder recuperar el inmueble. Un chantaje en toda regla.
ACCESO
Según explica el propietario, los hechos sucedieron hace dos fines de semana, cuando dos individuos de nacionalidad marroquí accedieron al domicilio haciendo uso de un "andamio" de obra.
El siguiente lunes, "unos operarios vieron movimiento por la escalera" de unos presuntos vecinos desconocidos en la comunidad, lo que confirmó la ocupación. Esa misma tarde, se dio aviso a los Mossos d'Esquadra que, tal y como afirma este empresario, "hicieron un número desde fuera" sin expulsar a los dos hombres que entraron en el piso.
Un día después, el dueño retornó a la vivienda, donde encontró en la puerta una nota redactada por la "abogada" de estos sujetos en la que aseguraba que ellos ostentaban la "posesión legítima del inmueble".
REINCIDENTES
No era la primera vez que estos okupas hacían lo propio. El propietario afirma que la policía catalana ya los tenía "identificados", porque uno de ellos ya había protagonizado diversas ocupaciones, mientras que el otro acumulaba un total de "30 denuncias" policiales.
El empresario tacha la actuación de los Mossos durante el proceso de "indignante", remarcando el "delito flagrante" que supuso, ya que ni siquiera disponían de "llaves" al no haber realizado un cambio de cerradura.
SIN INQUILINOS POR EL CORONAVIRUS
En el momento de la ocupación, el domicilio no contaba con inquilinos, ya que éstos eran de nacionalidad coreana y se marcharon debido a la pandemia de "coronavirus".
El propietario lamenta, además, que los hechos se hayan producido después de haber realizado una costosa reforma durante los últimos dos años.
PAGO
El piso volvió a su propiedad el pasado miércoles, cuando se optó por realizar el pago que demandaban los okupas para abandonar la vivienda, en vistas de que la policía no podria llevar a cabo su expulsión. "Se ha pagado lo equivalente a un mes y medio de renta", explica el empresario barcelonés, quien mantiene su denuncia a los dos hombres a la espera de que, por fin, actúe la justicia.