Los vecinos del Raval, hartos de los robos en coches. Los residentes del barrio de Ciutat Vella han denunciado a través de las redes sociales el aumento de este tipo de hurtos en los últimos meses. 

La cuenta de Twitter Raval Sud, una de las más activas en el movimiento ciudadano y en el reclamo por la mejora del barrio, ha instado al Ayuntamiento de Barcelona a frenar la oleada de robos y a atender la degradación del barrio

UNA MEDIA DE DOS COCHES AL DÍA

"Vamos a una media de dos coches al día. Los que se llenaban la boca hablando de clases están degradando el barrio más si cabe. ¿Cuántos coches más robarán?" denuncia el internauta. En el tuit, Raval Sud adjunta las imágenes de un coche con los cristales rotos y menciona a Jordi Rabassa, regidor de Ciutat Vella; a Ada Colau, alcaldesa de Barcelona; a Jaume Collboni, primer teniente de alcalde del consistorio y a la Guardia Urbana de la ciudad. 

La denuncia en redes sociales se ha viralizado en pocas horas. Muchos vecinos del Raval se han sumado a la protesta difundiéndola en sus perfiles o reclamando una mayor acción al ejecutivo local: "No puedes pedir demasiado, tenemos el peor ayuntamiento desde la supuesta democracia. Solo os queda que el vecindario haga el trabajo que no hace el ayuntamiento", lamenta uno de ellos. 

CIUTAT VELLA, EL DISTRITO MÁS CONFLICTIVO

Ciutat Vella es el distrito más deteriorado y conflictivo de Barcelona. La realidad de la zona ha estado marcada en los últimos tiempos por los problemas de narcotráfico, la falta de limpieza, los robos, los manteros y lateros y las quejas de los vecinos ante la pasividad de un gobierno que no ha sido capaz de afrontar estos problemas con la energía necesaria.

Las encuestas sobre la vida en el barrio muestran un enorme descontento de los ciudadanos respecto a la forma en el tanto desde el Ayuntamiento de la ciudad que preside Ada Colau. 

Lejos de la propaganda oficial, la realidad no deja de mostrar un distrito deteriorado por la escasa presencia policial, los narcopisos, por la falta de limpieza, por las actitudes incívicas, por el ruido, los botellones, la prostitución callejera o las peleas. De ellos dejan constancia las encuestas, incluido el propio barómetro del Ayuntamiento, y las quejas constantes de los vecinos, tanto por la situación que les toca vivir como por el escaso eco que tienen entre los responsables municipales.

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