Ciutat Vella, el lamento de un distrito malherido
La Plataforma Emergència Ciutat Vella alerta de que miles de barceloneses del centro histórico están abocados a la “absoluta indigencia”
25 enero, 2021 00:00Noticias relacionadas
El distrito de Ciutat Vella ha lanzado una agónica llamada de socorro a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para que tome medidas urgentes con las que paliar la desastrosa situación en que se encuentran los cuatro barrios que lo componen: Raval, Gòtic, Barceloneta y Sant Pere, Santa Caterina i La Ribera. El distrito se encuentra en una gravísima situación de emergencia social, con una tasa de paro que subió casi el 50% durante esta crisis y unas perspectivas desoladoras. Un total de 14 entidades cívicas, agrupadas en la Plataforma Emèrgencia Ciutat Vella, intentaron entregar a los responsables municipales un documento con sus reivindicaciones esta semana, pero la contestación fue que había que tener cita previa. Una vez cumplimentado el trámite, la cita será el próximo lunes.
“Ya había muchos problemas enquistados, pero la desgracia de la pandemia los ha agrandado y los ha hecho visibles”, explica a Metrópoli Abierta Manel Martínez, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, una de las entidades que forma parte de la plataforma citada. Y un comunicado de Emergencia Ciutat Vella alerta de que la pandemia “está causando una espectacular agudización de la pobreza estructural y las carencias sociales en todos los barrios del distrito. Más allá de la mucha gente que vivía de trabajos precarios y se ha quedado sin trabajo, el colapso total de la economía ligada al turismo aboca a la absoluta indigencia a miles de personas”.
“LO HACEN MAL”
Ya en verano pasado, siete entidades cívicas, entre ellas varias asociaciones de vecinos, presentaron una lista de reivindicaciones, que fue contestada por el consistorio con un documento de 50 páginas en otoño. Mucha palabrería y pocas soluciones, resumen los vecinos. “Lo que queremos son soluciones concretas, lo otro es poesía. El Ayuntamiento nos dice: Trabajamos sobre un grupo de gente sin techo, o trabajamos en esta línea, o fomentaremos esto... eso no es”, critica Manel Martínez.
Este líder vecinal señala que “hay un hueco que no cubre la Administración. Y nosotros no queremos suplantarla, sino ayudarla, hacerle de radar. El problema es que los dirigentes del Ayuntamiento hacen demasiada política de despacho. Y este consistorio, que se harta de decir que es de izquierdas y que llegó para cambiarlo todo, peca de los mismos vicios que los anteriores. Esto no funciona así. Lo hacen mal. No queremos que nos den dinero, sino que nos pregunten dónde gastarlo en el distrito”.
En realidad, el distrito es uno de los que más han padecido las consecuencias de la crisis sanitaria. Y eso por dos motivos: por un lado, Ciutat Vella era uno de los distritos donde se concentraba la mayor oferta turística, pero con la pandemia esa actividad se hundió; por otro lado, es un territorio con una gran incidencia de la economía sumergida, que con el confinamiento se ha visto seriamente afectada.
APOYO PSICOLÓGICO
El documento que se entregará a los responsables municipales está dividido en cinco apartados. El primero trata del apoyo a la gente. “Los ciudadanos necesitan apoyo psicológico, pero también hay familias sin alimentos o sin poder trabajar, hay abuelos que viven solos, hay gente en riesgo de exclusión y muchos vecinos que antes vivían de la economía sumergida y ahora ni eso”, explica Martínez.
Entre otras medidas concretas, los vecinos piden una renta básica para poder vivir de acuerdo con el coste de la vida en el distrito, así como la ubicación de puntos de alimentos desde los que repartir tres comidas diarias a personas necesitadas. “Que el Ayuntamiento no nos venga con milongas, sino con propuestas concretas. Si los vecinos nos juntamos en redes de apoyo solidario y hemos podido buscar comida o encontrar medicamentos para gente mayor, o comprar ordenadores para que los niños puedan estudiar desde casa, ¿qué no podrá hacer la Administración, que tiene más medios, más personas y más recursos?”, clama Manel Martínez. Otro de los puntos es el de establecer protocolos y programas de acompañamiento, así como apoyo psicológico y económico a las mujeres que padecen violencia machista.
AYUDAS REALES, NO LIMOSNAS
El segundo punto trata del ámbito de la economía, del trabajo y del comercio. “Que se pongan en serio a aflorar la economía sumergida y que se tomen medidas contra los empresarios que la practican. Que den ayudas realistas, no una paga de 2.000 euros. Se tienen que redactar planes para los comercios pequeños, potenciar a la gente emprendedora, firmar convenios con quien sea… que se tengan apoyos para todo ello”. Los planes de formación y de inserción laboral con interacción con el mundo laboral son otra de las reivindicaciones.
El tercer punto hace referencia a la vivienda. Los vecinos han pedido en varias ocasiones un listado de edificios vacíos municipales, que saben que hay. El consistorio tiene esos edificios que podrían servir para ubicar viveros de empresas. O, en todo caso, para adecuar como pisos de emergencia. Las entidades reclaman que las 600 plazas de alojamiento abiertas durante el estado de alarma se conviertan en estructurales. También reclaman espacios de proximidad para poder alojar a personas sin techo, así como la paralización de los desahucios o ayudas para pagar el alquiler, al mismo tiempo que se promueve la vivienda pública. El documento recoge, asimismo, la petición de prorrogar la estancia en pisos tutelados a los menores después de que cumplan 18 años.
DISEÑAR UN MODELO DE CIUDAD
El cuarto punto aborda el modelo de ciudad que se quiere hacer. “Hace siete años que lo venimos diciendo, desde la época de Trias, cuando comenzaba el boom de los pisos turísticos, pero no se ha atajado el problema y siguen dejando que los lobbies de empresas especulen con el terreno. Lo que queremos es cambiar el modelo de ciudad y que, por ejemplo, se potencien los productos autóctonos para diferenciar la oferta gastronómica o de cultura. Eso, al Gobierno municipal, le suena lejos. También se debería estudiar si tenemos una buena red de transporte público, porque, hoy por hoy, autobuses, Metro y trenes son un foco de contagios”, abunda Martínez.
El último punto hace referencia a la seguridad y el civismo. “Para tener un modelo de ciudad, ha de haber un sustrato de pacificación del territorio. Eso no quiere decir que tenga que haber un estado policial, sino hacer un esfuerzo para tener una vida normal”, subraya el dirigente vecinal. Las entidades que apoyan las reivindicaciones reclaman que cada uno de los puntos sea discutido con un responsable diferente que conozca la problemática concreta de cada uno.
Pero, sobre todo, la plataforma pide medidas concretas. “De la misma forma que el sistema sanitario del país se ha multiplicado por tres, los servicios sociales han de ser notoriamente ampliados y dotados de más recursos humanos y económicos. No se puede usar el voluntariado ciudadano como sustituto de las obligaciones de la Administración, que es lo que se está haciendo”, explica el comunicado de la plataforma Emergència Ciutat Vella. Y es que los vecinos son conscientes de que las iniciativas solidarias han paliado temporalmente algunos de los peores efectos de la pandemia, pero si el Ayuntamiento no se remanga, no podrán aguantar ese ritmo mucho más.