Hace casi 10 años, el entonces alcalde Jordi Hereu anunció que el Ayuntamiento compraba el Teatre Arnau. Era el 7 de febrero de 2011 y en plena precampaña de las elecciones municipales, el consistorio adquirió el histórico espacio del Paral·lel a la Iglesia Cristiana China por algo más de dos millones de euros. Hereu destacó entonces el valor sentimental del Arnau y la apuesta municipal por la avenida.
Por aquel entonces, el teatro ya estaba abandonado y en desuso. Bajó la persiana de forma definitiva en 2004. En 2006, la citada congregación religiosa se hizo con el Arnau tras pagar 1,5 millones de euros. Su idea era abrir un lugar de culto, pero nunca obtuvo el visto bueno del distrito de Ciutat Vella. En la última década, poco se ha avanzado para recuperar el Teatre Arnau. Eso sí, el espacio escénico está mucho peor, degradándose cada día que pasa por la inacción municipal.
CON GRAFITIS Y TAPIADO
El teatro se encuentra lleno de grafitis y tapiado para evitar que sea okupado de nuevo. Una gran estructura, en forma de andamio, aguanta la fachada principal. En la calle de Nou de la Rambla, los comercios que había en los bajos de la sala -entre ellos una floristería- ya han cerrado y una gran red recorre buena parte de la pared lateral para evitar que se desprendan objetos a la vía pública.
Y parece que así seguirá. Fuentes de Cultura han confirmado a Metrópoli Abierta que, en principio, el proyecto no se ejecutará este mandato, que concluye en 2023. "De entrada, no entra en las previsiones presupuestarias", subrayan. El pasado mes de junio, el teniente de alcaldía de Cultura, Joan Subirats, dijo que el Ayuntamiento quería sacar adelante el proyecto lo antes posible y el que el problema era de inversión. Subirats, entonces, no concretó ni calendario ni presupuesto y ya dijo que dependería de cómo quedaría el plan de inversiones, afectado por la pandemia.
En febrero de 2018, la entonces regidora de Ciutat Vella, Gala Pin, anunció la reforma para 2019 con la idea de que a lo largo de 2018 se redactara el proyecto ejecutivo. Atrás quedó la intención de derribar el teatro por deficiencias estructurales, como el gobierno de Ada Colau había dicho en 2016, y posteriormente anunciar que se podría salvar sin necesidad de echarlo al suelo.
CONCURSO
El Ayuntamiento convocó un concurso para escoger al despacho de arquitectos que hará la reforma. El ganador fue H Arquitectes. El proyecto, tal como se explicó en febrero de 2018, prevé la preservación del inmueble porque se trata de un legado de interés histórico. En conversación con este medio el arquitecto Roger Tudó explica que el proyecto ejecutivo está terminado, pero desconoce cuándo se harán las obras. Tudó sí explica que ahora se hacen unos trabajos de "consolidación estructural" por razones de seguridad porque el teatro se encuentra en mal estado.
Cuando se haga la reforma integral, entre los elementos que se preservarán del viejo edificio figuran la fachada, la boca del escenario, la forma de herradura de la sala, la barandilla del anfiteatro "y toda la estructura de madera", dijo Tudó en la presentación en 2018. El nuevo Arnau, el único teatro de barraca que se conserva en Barcelona, dispondrá de una planta subterránea, otra de semisubterránea, una planta baja y dos pisos superiores. El proyecto sí ha sufrido alguna modificación en la parte subterránea, tras ser localizada la muralla romana. "Se hicieron unas obras arqueológicas para identificarla".
El teatro, que abrió en 1894, tendrá un espacio escénico multidisciplinar para albergar música, teatro, circo y danza con una capacidad de algo más de 200 butacas. En 2018 también se planteaba que fuera un equipamiento para recuperar la memoria, no sólo porque la intención era preservar buena parte del antiguo edificio, sino porque acogerá actividades sobre memoria histórica del Paral·lel, del teatro popular y de los barrios del entorno. Ahora, el arquitecto se refiere al futuro Arnau como un espacio escénico con un ateneo o centro de entidades vinculado.
"RECUPERAR UNA PARTE DE LA HISTORIA DE BARCELONA"
Mercè Ruiz de la Fuente, responsable de Cultura de la plataforma BCN Ets Tu, que lidera el abogado Daniel Vosseler, se refiere al Teatre Arnau como un icono de Barcelona y defiende la necesidad de restaurarlo. "Será una forma de recuperar una parte de la historia de Barcelona y de la época dorada del Paral·lel". La periodista, presentadora del programa Scenik de radio y televisión, lamenta la "degradación" que el Paral·lel ha vivido los últimos años. "Recuperar el Arnau será una forma de revivir aquellos años y dar a conocer la historia del Paral·lel a los más jóvenes a través de uno de sus teatros más conocidos".