Can Lluís, el histórico restaurante del Raval, ha cerrado. El establecimiento bajó la persiana con la primera oleada de la pandemia y ya no ha vuelto a abrir, han confirmado a Metrópoli fuentes cercanas al propietario, Ferran Rodríguez. Abierto en 1929, Can Lluís era uno de los restaurantes preferidos del escritor Mannuel Vázquez Montalbán. "El día que lo supe, lloré", explica a este medio una clienta que comía al menos una vez por semana en Can Lluís, la síndica de Barcelona Maria Assumpció Vilà.

“A Manolo [Vázquez Montalbán] le gustaba todo: los caracoles, los canelones, los arroces, los buñuelos de bacalao (una de las especialidades de la casa)”, recordaba el propietario de Can Lluís en una entrevista con este medio en 2017. En el restaurante incluso había un menú dedicado al escritor con los platos que más agradaban a Pepe Carvalho, el detective creado por Vázquez Montalbán.

LA 'OLLETA' DE ALCOY, UN CLÁSICO

Can Lluís, en la esquina de las calles de la Cera y de la Reina Amàlia, era un restaurante de los toda la vida, "una casa de comidas", según Ferran. Otros platos que eran especialidad del local eran la escudella alicantina u olleta de Alcoy (preparada con oreja y pies de cerdo, nabos, arroz, judías, butifarró…) y la paletilla de cabrito al horno.

La paella del senyoret, la fideuà de Can Lluís estilo Gandía, los mejillones de roca a la plancha, el timbal de exqueixada con olivada, los pescaditos de la barca de Vilanova, el rabo de toro guisadito al vino tinto, los callos con garbanzos y el rape de playa estilo Can Lluís figuraban entre las sugerencias de la carta de esta “fonda” del Raval, que tenía a la mujer de Ferran, Júlia Ferrer, el alma de la cocina.

Collage con el suelo de Can Lluís, con la marca de la bomba, y una imagen de Vázquez Montalbán 



Cuando los restaurantes pudieron abrir, el pasado verano, en Can Lluís intentaron levantar la persiana. Sin embargo, las pocas mesas autorizadas hacían inviable que el negocio fuera rentable. En Can Lluís no había terraza. A este aspecto hay que añadir que el propietario ya es mayor y sus dos hijos -que en los últimos años hicieron un gran esfuerzo para sacar adelante el negocio- tienen la vida profesional montada en otra parte. Uno de los hijos es Pol Rodríguez, director de cine, que ha rodado entre otras películas Quatretondeta, protagonizada por José Sacristán.

Hasta la llegada del coronavirus, Can Lluís jamás había cerrado. Sólo por vacaciones y los domingos desde 1974. Ni siquiera durante la guerra. Aquellos años, el abuelo de Ferran ayudó a mucha gente. “Era alcalde de barrio y mucha gente venía a pedir comida. Se hacían ollas de escudella, que se repartían entre los vecinos. Lo que no había era pan. Con las restricciones, la harina era muy cara”, relató.

ANTES 'CAN MOSQUES'

Los Rodríguez estaban al frente de Can Lluís desde 1929. El establecimiento tomó el nombre del abuelo de Ferran. “Antes también era un restaurante conocido con el apodo de Can Mosques por los toneles con bacalao fresco secándose en las puertas que, en verano, atraían a las moscas”, dijo Ferran.

Pero sobre todo la historia de Can Lluís ha estado marcada por una fecha: el 23 de enero de 1946, y por un hecho: el atentado anarquista que hubo en el local. “Fue en plena dictadura, a mediodía, con el restaurante lleno. Había restricciones de luz. Entró una pareja con una niña y se sentaron en una mesa que un pintor conocido de la casa les cedió”, relató Ferran.

El comedor interior de Can Lluis, lleno, en 2017 / METRÓPOLI



UNA BOMBA ANARQUISTA

“Al poco rato se presentó la policía buscándoles. Los agentes empezaron a identificar a la clientela. La mujer dijo que tenía la documentación en el bolso. Se levantó de la mesa, abrió el bolso y sacó una bomba, que hizo explotar. Sin luz, hubo varios disparos cruzados”, añade el propietario. Como consecuencia del atentado, murieron cuatro personas, entre ellas el abuelo y el tío de Ferran.

Durante todas estas décadas, todavía se podía ver en el suelo del comedor, junto a la mesa familiar, en la que se sientan también amigos y conocidos, la marca del artefacto. El suelo es original. Jamás se cambió. Vázquez Montalbán habla de este episodio en su libro Historias de padres e hijos.

UNA LARGA LISTA DE FAMOSOS

En Can Lluís se sentaron escritores, músicos, actores, deportistas, políticos, periodistas… La lista es interminable: Ernest Lluch, Joan Manuel Serrat, dos premios Nobel (José Saramago y Harold Pinter), los dibujantes de El Jueves y El Papus (buenos amigos de la familia), Tony Curtis, Sara Montiel, Pepe Rubianes, Tete Montoliu, Vittorio Gassman, Tip y Coll, Rafael Alberti, Núria Espert, Toni Miró…

Casi todas las visitas notorias de Can Lluís han quedado plasmadas en cinco libros, cinco incunables que incluyen originales frases, dibujos, caricaturas…También las paredes del establecimiento rezumaban historia por los cuatro costados, con fotografías, carteles teatrales y dedicatorias de clentes. 

Can Lluís hasta fue el primer restaurante barcelonés que visitó Leo Messi con solo 14 años. Lo trajo el exagente de futbolistas, Josep Maria Minguella. “Me dijo que acabaría siendo uno de los cracks del Barça”, evocaba Ferran. Minguella se equivocó. Messi ha acabado siendo el mejor futbolista de todos los tiempos.

LOS JUGADORES DEL BARÇA: EL PRIMER LUIS SUÁREZ

Durante los años 50 y 60, Can Lluís se convirtió en un epicentro de reuniones y fiestas. Peret, amigo de la familia, y otros miembros de la comunidad gitana barcelonesa improvisaban allí actuaciones. A los jugadores del Barça de aquella época, como Martí Vergés, Rodri y Joaquim Basora, se les veía mucho por la fonda. Otro habitual durante la década de los 60 era Luis Suárez (el gallego, no el uruguayo), muy amigo del padre de Ferran, antes de fichar por el Inter. Ferran y su hermano, Xavier, al frente del restaurante Els Ocellets, en la ronda de Sant Pau, desprenden barcelonismo por los cuatro costados.

Platos saliendo de la cocina de Can Lluís / METRÓPOLI 



Ferran empezó a trabajar en Can Lluís en 1965, con 16 años, y en los años 70, ya se puso al frente del negocio. Con la dictatura franquista tambaleándose crecieron los movimientos de protesta contra el régimen. Y Els Joglars, Dagoll Dagom, La Trinca, Terenci Moix, el Grupo de Periodistas de Barcelona, Ovidi Montllor y la Gauche Divine convirtieron el restaurante en uno de sus cuarteles generales.

TERTULIA RADIOFÓNICA

En los años 70 y 80, Ferran decidió catalanizar el local y fue uno de los primeros de Barcelona en disponer de la carta en catalán. El establecimiento acogía tertulias, presentaciones, entrega de premios y hasta un programa de radio para RNE que fue bautizado como “Mis tertulias en Can Lluís”. “Se emitía todos los viernes y tenía, entre otros colaboradores, a Jesús Mariñas y a Pablo Dalmases”, evocó Ferran.

Can Lluís se suma a la larga lista de establecimientos históricos de Barcelona que han cerrado, muchos de ellos bares y restaurantes: Can Soteras, Agut, El Gran Café, Cal Pinxo de la Barceloneta, el Café Schilling, el Viena de la Rambla, la cervecería Alt Heildelberg. Con la desaparición de Can Lluís se va una parte de la historia de Barcelona. Otra más. Un lugar único. El actor Agustín González escribió: “Después del orgasmo que he tenido hace un momento, lo mejor es comer en Can Lluís”

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