El narcopiso ubicado en el bajo segunda del número 5 de la calle dels Salvador vuelve a estar activo. Así lo han confirmado los vecinos de esta conflictiva calle del Raval a Metrópoli.
Según denuncia Adrià Pifarré, uno de los residentes afectados, este inmueble jamás ha dejado de estar okupado, pero cesó su actividad ilegal el pasado mayo. Fue en diciembre cuando los residentes de esta vía de Ciutat Vella –que limita con la calle de Sant Antoni Abat y la calle de la Cera– volvieron a detectar la presencia de toxicómanos entrando y saliendo del local.
NARCOPISOS EN 'STAND BY'
"Comenzamos a ver que salían del inmueble y que iban a comprar alcohol a altas horas de la madrugada a la tienda situada en el número 7 de la calle. Esta también ha reanudado su actividad ilegal y vende alcohol de 22.00 horas a 05.00 horas de la madrugada", explica el vecino. Otro dato que les hizo percatarse de que el punto de conflicto volvía a estar activo fue la presencia del narcotraficante que solía regentar el local anteriormente.
El vecino explica a este medio que los traficantes siempre emplean el mismo modus operandi para no perder sus puntos de venta y consumo de drogas. Cuando hay mayor presencia policial por la zona, los narcos dejan de operar y meten a familiares o amigos en los narcopisos. De esta forma mantienen "en stand by" los inmuebles y, cuando se relaja la presencia policial, los reactivan. "En uno de los pisos que estaban okupados y que había bastante tráfico pusieron a dos chicas, una de ellas era la novia de un narco", cuenta el afectado.
TEMOR A REPRESALIAS
El narcotráfico provoca una percepción de inseguridad en la calle y para los vecinos que denuncian la situación. Algunos de ellos temen que los delincuentes emprendan represalias contra ellos por explicar lo que ocurre. Los residentes también se muestran preocupados ante las reacciones de los toxicómanos que acuden para comprar y consumir, en muchas ocasiones violentas o desmesuradas.
La actividad ilegal de compraventa de droga no solo produce temor, también implica dejadez y suciedad. Los comercios de la zona critican el olor a orina y excrementos que desprende la vía pública, repleta de desechos humanos de los drogadictos.
REUNIONES CON EL AYUNTAMIENTO Y LA POLICÍA
El pasado 11 de enero el vecindario se reunió con todo el equipo municipal del Raval. Asistió el concejal del distrito de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, el jefe de la Guardia Urbana de Ciutat Vella y la Guardia Urbana de proximidad. A pesar de exponer su delicada situación y pedir una patrulla estática, entre otras cosas, los residentes de la zona siguen sin notar el apoyo por parte del consistorio. "Necesitamos a la Guardia Urbana a pie, patrullando el barrio, pero nos dicen que no es factible, cuando lo vemos en el resto de barrios como la Vila de Gràcia, el Born, etc. Tenemos la sensación de que en el Raval no les interesa aumentar la presencia policial para que la inseguridad se enquiste aquí y no se desplace a otras zonas", lamenta Pifarré.
Los vecinos achacan un repunte de delincuencia en el barrio a la "escasa y muy puntual" actuación policial. Comentan que "el no tener vigilancia, patrullaje efectivo y presencia constante" perpetua la reincidencia de los delincuentes.
LUCHA DESDE 2018
La calle dels Salvador lucha contra el narcotráfico desde 2018, cuando esta actividad ilegal se hizo fuerte. El eje del Raval ha llegado a tener más de cuatro narcopisos en sus escasos 120 metros. El dominio de los puntos de venta de estupefacientes hizo que los vecinos rebautizasen irónicamente su calle con el nombre de "Súper Salva", haciendo referencia a la masiva venta de droga.
El beligerante crecimiento del mercado de la droga hizo que el vecindario aunase fuerzas y formase una comunidad en lucha. Crearon una cuenta de Twitter para denunciar públicamente la desoladora situación y esta tardó poco en crecer exponencialmente en la red social.
PRÁCTICA ENQUISTADA
Otra de las heroicas acciones que que tuvieron que llevar a cabo los vecinos fue la de instalarse en narcopisos desalojados para evitar que volviesen a entrar los narcotraficantes. Los ciudadanos de este punto del Raval también tuvieron que enfrentarse a un violento narcotraficante y el conflicto llegó a los juzgados.
El control y denuncia de la actividad en los narcopisos de los números 20 y 22 de la calle dels Salvador, y de los tres puntos de venta ilegales ubicados en el número 7 bis, también ha estado a la orden del día entre los vecinos de la vía. El narcotráfico ni siquiera cesó durante el confinamiento derivado de la primera ola de la pandemia.
MÁS PROBLEMAS QUE ACTÚAN COMO EFECTO LLAMADA
Casi cuatro años después los vecinos de la calle dels Salvador han perdido la esperanza por recuperar la tranquilidad y el sosiego en su calle. "Hace tiempo que reclamamos una solución a la dejadez de la calle, soluciones que van viniendo de 'parche en parche' y que hacen que esta zona parezca un espacio sin ley", lamenta Adrià Pifarré.
El vecino incide en que hay más problemas que actúan como efecto llamada para los narcotraficantes y delincuentes, como la carga y descarga que supone un sinvivir para los residentes de los edificios de la calle dels Salvador. La hilera de camiones que bloque la estrecha vía se convierte en el escondite perfecto para llevar a cabo actuaciones ilegales.
PAPEL MOJADO
Pifarré explica que el Ayuntamiento les propone un plan de carga y descarga que "probablemente no se cumplirá". El vecino también afea las promesas de la Guardia Urbana. Cuenta que la policía local promete "desde hace un año" al vecindario que aumentará su presencia, pero los vecinos consideran que, "a día de hoy" sigue siendo "nula".