En plena canícula, otros veranos los barceloneses y visitantes tenían un termómetro en el centro de Barcelona que les permitía ver los grados a los que se cocían en pleno barrio Gòtic. El conocido termómetro de la óptica Cottet, del Portal de l'Àngel, sigue tapado, pero la ciudad recuperará pronto uno de sus símbolos, así que se terminen las obras de remodelación de la finca. Según el Ayuntamiento, la previsión es que sea este julio.
El edificio en el que está el termómetro es el número 40 del Portal de l'Àngel, que ahora gestiona un fondo de inversión con sede en Valencia. El inmueble tendrá usos comerciales y de oficinas, subrayan fuentes municipales. En los bajos abrirán una tienda de perfumería y cosmética de la cadena Primor, todavía en obras, y la zapatería Casas, ya en funcionamiento. En agosto de 2019, Cottet cerró el establecimiento en Portal de l'Àngel y se trasladó a la rambla de Catalunya, 8.
LA FACHADA, PRÁCTICAMENTE TERMINADA
El pasado diciembre toda la finca estaba cubierta por una lona. Seis meses después, la rehabilitación de la fachada está muy avanzada aunque el termómetro de Cottet sigue cubierto. Siempre ha estado en el edificio salvo algunas piezas que se han sacado para pulir. Fuentes municipales recuerdan que la restauración corre a cargo del promotor y el mantenimiento del termómetro la hará el Ayuntamiento porque forma parte del catálogo de establecimientos emblemáticos de la ciudad y se debe conservar.
La historia del termómetro de ópticas Cottet se remonta al invierno de 1956. La familia Cottet abrió su primera tienda en Barcelona en 1902 en el Portal de l'Àngel, aunque el origen de la empresa es francés: en 1840 se fundó la fábrica Cottet Frères, donde se diseñaban, producían y vendían gafas al por mayor. En 1888, con motivo de la Exposición Universal de Barcelona, un nieto de la primera generación de los Cottet, Constantino, llegó a la capital catalana para dar a conocer su marca de gafas. El primer establecimiento de los Cottet en Barcelona levantó la persiana 14 años después.
LA INAUGURACIÓN, EN PLENA OLA DE FRÍO EN 1956
La idea de construir el termómetro nació a mediados de los años 40. Fue un regalo de la empresa para agradecer la buena acogida de la ciudad. Termómetros similares ya existían en otras ciudades, como Copenhague, y los Cottet quisieron poner uno en Barcelona que a la vez sirviera de reclamo publicitario. La construcción se inició en 1955, de la mano del ingeniero J. Nebot, y se inauguró el 25 de febrero de 1956 en plena ola de frío en la ciudad, con temperaturas extremas.
22 METROS DE ALTURA Y 2.000 KILOS DE PESO
El termómetro del Portal de l'Àngel mide 22 metros, la misma altura que tiene el edificio, pesa unos 2.000 kilos, puede marcar la temperatura desde los -5ºC hasta los 40ºC y fue construido con tubos de neón. En la década de los 90 el neón dio paso al led, lo que permitió reducir de forma considerable la factura eléctrica. Durante años, el termómetro barcelonés fue el más grande del mundo. Ahora lo es de España. Pero en Frankfurt hay uno de dimensiones similares y en Las Vegas otro de mayor.